Santa Cruz de La Palma, 13 de octubre de 2021 (EFE) –La lava fluye por las tres coladas del volcán de Cumbre Vieja, en la isla española de La Palma, sin que ninguno de los datos que manejan los científicos haga presagiar el final de la erupción ni a corto ni a medio plazo.
El volcán lanza un penacho de gases a 3,000 metros de altura con cantidades elevadas de dióxido de azufre, 17,774 toneladas diarias, y esa medida tendría que bajar hasta 100 para pensar en un posible fin de la erupción, confirmó este miércoles la portavoz del comité científico del Plan de emergencia volcánica de Canarias (Pevolca), María José Blanco.
Los otros dos parámetros que determinan la energía del sistema volcánico, la deformación del terreno y la sismicidad, también mantienen valores estables con respecto a días anteriores.
En las últimas horas se han contabilizado cerca de 20 seísmos, el más intenso en el municipio de Mazo, a 36 kilómetros de profundidad, con una magnitud de 4.4, el de mayor envergadura de los registrados desde el inicio del enjambre sísmico que precedió a la erupción del volcán.
TRES COLADAS, LA DEL SUR LA MÁS ACTIVA
De las tres coladas existentes, la primigenia apenas tiene aporte lávico y la situada más al sur, que está afectando a nuevas construcciones dentro del perímetro de seguridad, se mueve más rápido, a 50 metros por hora, y es «la que acumula más energía y empuje».
La última de las tres, la del flanco norte del volcán, que obligó ayer a evacuar a 800 vecinos del barrio de La Laguna, fluye hacia el oeste y noroeste y avanza «muy lentamente». Cabe incluso la posibilidad de que «aborte, que no vuelva a caminar», según el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.
La lava cubre ya 640.27 hectáreas, 27.94 más que la víspera, y se ha ensanchado hasta un máximo de 1,770 metros, 250 metros más.
De acuerdo con la información de los satélites de Copernicus, hay 1,541 edificaciones o construcciones afectadas, de ellas 1,408 destruidas.
La erupción ha obligado hasta ahora a la evacuación de 6,400 personas, 5,700 en la primera fase de la erupción, de los que unos 6,000 son residentes y 400 turistas que fueron trasladados a Tenerife.
MEJORA LA CALIDAD DEL AIRE
Con respecto a la calidad del aire, en las últimas horas los parámetros están dentro de los umbrales normales, salvo un «pequeño pico» puntual de dióxido de azufre que enseguida remitió, y el aeropuerto de la isla, como los de toda Canarias, está plenamente operativo.
Las previsiones meteorológicas apuntan a que esa operatividad aérea no se verá afectada al menos durante los próximos cuatro días, porque soplará un viento sahariano desde el continente que dirigirá las cenizas hacia el oeste.
Sin embargo, el aire seco y una probable inversión térmica puede ser desfavorable para la calidad del aire los días 15 y 16 de octubre.
ISLA SEGURA
Desde el Pevolca se insiste en que la erupción volcánica afecta solamente al 8% de la superficie de La Palma, de manera que el resto de la isla es completamente segura y se pueden desarrollar actividades turísticas con normalidad.
Miguel Ángel Morcuende subrayó que la estabilidad geológica del edificio insular es «absoluta» y que el pescado tiene la misma calidad de siempre.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, visitó hoy por cuarta vez la isla, donde asistió a la reunión de los comités científicos y técnicos del Pevolca.
Sánchez pidió «paciencia» a los palmeros tras «las largas noches y los largos días» que llevan desde que se inició la erupción de Cumbre Vieja, hace ya 24 días, una situación que parece va a seguir en el tiempo, y garantizó que todas las instituciones trabajan «codo con codo» para salvaguardar la vida de la gente, atender a las necesidades inmediatas de alojamiento y preparar la reconstrucción y el relanzamiento de la isla.
Hasta el momento, el Gobierno de España ha dedicado 214 millones de euros a esta emergencia, además de otros 10 para vivienda y enseres, pero la cuantía definitiva no se conocerá hasta que se proceda a «la reconstrucción total» y al «relanzamiento» de la isla.