Pekín, 13 de octubre de 2021 (EFE) – China afirmó hoy que las últimas maniobras militares de su Ejército cerca de la isla de Taiwán son «necesarias» para «salvaguardar la seguridad nacional», en un momento de creciente tensión a ambos lados del Estrecho de Formosa.
«Los ejercicios militares del Ejército Popular de Liberación (EPL) son necesarios para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial chinas, y apuntan a las actividades de quienes buscan la ‘independencia de Taiwán’ así como de quienes interfieren desde el extranjero», dijo hoy en rueda de prensa el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Gobierno de China, Ma Xiaoguang, citado por la cadena estatal CCTV.
Según el portavoz, el propósito de las maniobras, que incluyen incursiones de las fuerzas aéreas chinas en la zona de identificación aérea (ADIZ) taiwanesa o simulacros de asalto en la provincia de Fujian, a unos 315 kilómetros de la isla, es también «proteger los intereses vitales de los compatriotas taiwaneses».
Ma criticó a la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, quien el pasado domingo afirmó que «nadie puede obligar a Taiwán a tomar el camino que China ha elegido» para el territorio, cuya soberanía reclama Pekín desde hace décadas.
«En connivencia con fuerzas extranjeras, las autoridades del gobernante Partido Progresista Democrático (PPD) taiwanés buscan constantemente la provocación con llamamientos a la ‘independencia’. Esta es la razón de la reciente escalada de tensiones», dijo.
El portavoz también respondió al ministro de Defensa taiwanés, que el pasado día 6 afirmó que China será «capaz de organizar una invasión escala» de la isla para el año 2025.
«Exagerar la supuesta ‘amenaza militar’ china es confundir el bien y el mal. Las mentiras no pueden engañar a los compatriotas taiwaneses o a la comunidad internacional. El PDD sólo va a conseguir que Taiwán afronte una situación más peligrosa», afirmó.
POSTURAS OPUESTAS
Los presidentes de China y Taiwán, Xi Jinping y Tsai, reiteraron el pasado fin de semana sus posturas opuestas sobre la ambición de Pekín de «reunificar» la República Popular con la isla, a la que considera una provincia rebelde.
La isla se gobierna de manera autónoma desde que los nacionalistas del Kuomintang (KMT) se replegaran allí en 1949 tras perder la guerra civil contra los comunistas y continuaran con el régimen de la República de China, que culminó con la transición a la democracia en los 90.
Desde entonces, han cobrado fuerza las voces que reclaman declarar la independencia de Taiwán como Estado soberano.
De hecho, en Pekín la retórica no ha dejado de inflamarse desde el acceso al poder de Tsai en 2016, y Xi afirmó el sábado que quienes «traicionen a la madre patria y busquen dividir al país serán despreciados por el pueblo y condenados por la historia».
Pero a diferencia de anteriores ocasiones en las que se había negado explícitamente a renunciar al uso de la fuerza, Xi insistió esta vez en la idea de una «reunificación pacífica».
Por su parte, Tsai rechazó la idea y afirmó que Pekín «no ofrece ni un estilo de vida libre y democrático para Taiwán ni soberanía para sus 23 millones de habitantes».
En referencia a la creciente tensión con Pekín, la mandataria dejó claro que «de ninguna manera debería existir la impresión de que los taiwaneses se rendirán ante la presión».