Marsella, 3 de septiembre de 2021 (EFE) – Retomar la unidad y el compromiso para proteger la biodiversidad fueron las principales apuestas formuladas por los líderes internacionales este viernes en la abertura del Congreso Mundial de la Naturaleza celebrado en Marsella (sur de Francia).
«La mala noticia es que no hay vacuna para un planeta enfermo», afirmó el presidente francés, Emmanuel Macron, que participó en inicio de este encuentro para anunciar que Francia reforzará la protección de sus aguas en el Mediterráneo en un 5 % hasta 2027 -hasta ahora lo hace en un 0.2 %-.
Esta reunión -organizada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hasta el 11 de septiembre- contará con la participación de 1,400 organizaciones, asociaciones de la sociedad civil y pueblos indígenas, con el objetivo de discutir acciones que guíen la conservación de los ecosistemas.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay se comprometió a proteger el 30 % del planeta de aquí a 2030, así como a «respetar a los pueblos indígenas», algo compartido por Macron, y que planteó en el debate el fotoperiodista brasileño Sebastião Salgado, que lleva 40 años documentando esta realidad.
SITUACIÓN DE CRISIS CLIMÁTICA
El foro, que debió haberse celebrado en 2020, tiene lugar en medio del empeoramiento de la crisis climática, ya que el reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC) advirtió de que los efectos del calentamiento global «son irreversibles para los próximos siglos o milenios».
Azoulay recordó la alerta roja que atraviesa el planeta con los incendios sufridos en Europa, las temperaturas récord alcanzadas este verano y el reciente diluvio de la coste este de Estados Unidos.
«Ningún hombre es una isla y ningún país puede luchar contra el cambio climático por sí mismo», afirmó la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, en un discurso centrado en la importancia de la estabilidad financiera para lograr la defensa de la biodiversidad.
Para el presidente de la UICN, Zhang Xinsheng, el marco de medidas al que se llegue en este congreso debe ser «universal, innovador y transformador, pero también justo e inclusivo», y declaró que las decisiones tomadas serán «públicas para que se puedan juzgar en las décadas futuras».
La ceremonia de apertura comenzó con un espectáculo de un guitarrista mientras se proyectaba un video de paisajes marinos y terrestres, además de un baile -acompañado con música instrumental- interpretado por jóvenes en un mensaje hacia el papel de estos sobre su implicación en el cambio climático.
El alcalde de Marsella, Benoît Payan, tomó así este viernes el relevo de Hawaii, donde se organizó la última cumbre de este tipo hace cuatro años, y en la que se reunieron 10,000 participantes de 180 países para tomar más de 120 decisiones tras la adopción del Acuerdo de París y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.
PROTESTAS PARA PEDIR MÁS AMBICIÓN
Horas antes de la ceremonia, en el exterior del recinto tuvo lugar una protesta en apoyo a las comunidades indígenas para pedir más ambición en la protección y conservación de 50 % del planeta para el 2030 y así evitar el colapso ecológico -y no del 30 % como piden los gobiernos-.
Ataviados con camisetas y carteles con misivas dirigidas al presidente francés -como «Escucha a la Madre Tierra»-, los manifestantes -uno de ellos con una careta de Macron- protestaron en silencio ante la mirada de la policía.
«Macron, como anfitrión de este congreso, se ha presentado como un líder ambiental a nivel global. Es el momento para que demuestre un verdadero liderazgo y aumente su ambición», explicó a EFE el director de campañas de la organización civil Avaaz, Óscar Soria.
Entre las sesiones presenciales que tuvieron lugar este viernes, destacó la que llevó por título «Nuestra tierra, nuestra naturaleza», y que concluyó con un llamamiento para poner a las personas en el centro de la conservación de la naturaleza.
El delegado internacional de la ONIC (Colombia), Juan Pablo Gutiérrez, expresó que la ambición de los gobiernos por salvar un 30 % del planeta en 2030 «distrae la opinión mundial», ya que -según él- no combaten las causas que provocan el cambio climático.