Madrid, 19 de agosto de 2021 (EFE) – La edad aumenta la frecuencia de tener una respuesta inmune alterada que impide hacer frente al covid-19, según una investigación, la cual revela que el 20 % de pacientes mayores de 80 años que sufren la enfermedad de forma grave tienen autoanticuerpos que inhiben la respuesta del sistema inmune.
El estudio, con participación del español Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que publica Science Immunology, señala que la probabilidad de desarrollar anticuerpos erróneos (autoanticuerpos) que atacan al sistema inmunitario aumenta con la edad y es un factor de riesgo para desarrollar covid-19 grave.
El equipo comprobó que el 20 % de pacientes de más de 80 años con covid-19 grave desarrollan anticuerpos contra el interferón de tipo I, un grupo de 17 proteínas cruciales para la protección de nuestras células contra el SARS-CoV.
Eso hace que el sistema inmunitario de esos enfermos más vulnerables tenga menos capacidad de defensa frente a la infección, explica el CSIC.
Los resultados podrían permitir que se identifique a las personas con riesgo de sufrir una infección grave y el desarrollo de tratamientos personalizados.
Investigaciones previas del mismo grupo del consorcio internacional COVID Human Genetic Effort ya señalaron que existe un 10 % de afectados de covid-19 grave que tienen autoanticuerpos neutralizantes capaces de anular la función del interferón y dificultar la defensa del organismo en caso de infección.
La nueva investigación refuerza ese hallazgo y lo amplía, ya que muestra una mayor frecuencia de autoanticuerpos en personas de edad avanzada y aporta evidencias de que ya existían antes de la infección.
En personas que no han padecido covid-19 se observa el mismo patrón, es decir, «mayor frecuencia de personas con autoanticuerpos en los grupos de mayor edad», explica Jordi Perez-Tur, investigador del Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC, este de España) y uno de los autores del estudio.
Con la edad se incrementa el número de anticuerpos ‘erróneos’ que bloquean la respuesta inmune mediada por la vía del interferón de tipo I, por lo que estos pacientes no pueden hacer frente a la infección por SARS-CoV-2.
«De hecho, tener estos autoanticuerpos podría ser un indicador de mal pronóstico frente a la covid», añade otra de las autoras Anna Planas, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC, noreste de España).
El equipo, en otro estudio que publica la misma revista, apunta a una de las causas que puede explicar la mayor susceptibilidad de los hombres a sufrir la enfermedad de forma grave.
Se tata de variantes anómalas de un gen relacionado con el interferón, el TLR7, que está localizado en el cromosoma X, del que los hombres disponen de una sola copia.
«Dado que las mujeres presentan dos copias del gen, y que las variantes encontradas son muy poco frecuentes, si una mujer tiene una copia correcta y otra incorrecta podrá producir una proteína que funcione adecuadamente y tendrá una mejor respuesta frente a la infección», destaca Pérez-Tur.
El trabajo identifica en una población de 1,202 individuos varones la presencia de variantes genéticas raras que conducen a una deficiencia funcional de TLR7.
Dichas variantes se encontraron en el 1.8 % de pacientes menores de 60 años con covid-19 grave, pero no en las 331 personas estudiadas infectadas por SARS-CoV-2 que eran asintomáticas o presentaban síntomas muy leves.
«Estos resultados se suman a otros que muestran la importancia crítica de la integridad de la respuesta del interferón de tipo-I para hacer frente a la infección por SARS-CoV-2», agrega Planas.
Además, destaca, «abre la vía al desarrollo de terapias dirigidas a la eliminación de estos autoanticuerpos o de tratamientos con interferón tipo-I específicos contra la enfermedad».