Por José N. García, astrólogo védico
Especial para EyBoricua.com
San Juan, 19 de agosto de 2021 – Muchas personas invierten grandes cantidades de tiempo leyendo o viendo vídeos que solo sirven para alimentar sus miedos y su negatividad. Me refiero con esto a los seguidores de los profetas apocalípticos, los maestros de la conspiración y la especulación.
Siempre he aconsejado que para tener una visión clara y equilibrada de esta realidad relativa debemos ver los dos lados de la moneda. En mi caso en particular, invierto algún tiempo paseando por esos rumbos solo para ver lo que se está cocinando en las redes sociales, de modo que pueda contestar las preguntas que me hacen en transmisiones en vivo o consultas, pero también leo y escucho a las personas que considero serias, en este caso académicos, intelectuales y científicos -que sé que no están comprometidos con el sistema- para verificar esas informaciones que flotan por el espacio cibernético.
Lo mismo hago con las noticias: estoy suscrito a los canales y sistemas de información tradicional pero también lo estoy a los sistemas independientes de noticias.
Recordemos tres cosas importantes. Primero, muchas personas viven del dinero que hacen en las redes y para lograrlo hacen, dicen o crean lo que ellos saben que arrastra más audiencia, aunque sea una mentira o exageración. Segundo, sabemos que hay manipulación de información en los medios oficiales ya que están monopolizados por los grandes intereses políticos y económicos, reportando así lo que les conviene y como les conviene. Tercero, ya hay mecanismos sofisticados para alterar videos, hacer que una persona aparezca diciendo cosas que no dijo para crear una realidad virtual que no existe.
Con todo esto, si ustedes no tienen tiempo de hacer este ejercicio dialéctico o investigar a fondo las fuentes de procedencia de esas informaciones, entonces no se ensucien sus mentes con información o material que solo aumentará nuestras paranoias.
No estoy sugiriendo que asumamos la actitud del avestruz, sino que seamos selectivos e inteligentes a la hora de exponernos a cualquier información.
Un artículo que publiqué hace años lo titulé “Cuidado con lo que lees”. Ahora escribiría: Cuidado con lo que lees y escuchas en las redes.
¡No se envenenen!