Por Edwin Álvarez Toro
Agencia EFE
Saint John – La ecuatoriana María Fernanda Espinosa, presidenta de la Asamblea General de la ONU, afirmó a Efe en Antigua que «hay un clima mundial favorable a erradicar la utilización de plásticos de uso único», con motivo de la realización este sábado en la isla caribeña de un gran concierto para promover ese propósito.
En entrevista exclusiva antes de «Play it Out», el evento con el que artistas como Ashanti y Bomba Estéreo, políticos, personalidades y científicos buscan incentivar la lucha contra ese material, la primera latinoamericana en la presidencia del órgano parlamentario de Naciones Unidas habla de su lucha por el medioambiente.
Pregunta: ¿De qué se trata el concierto de este sábado?
Respuesta: «‘Play it Out’ es un momento culminante de una campaña mundial que desde la Presidencia de la Asamblea General he estado impulsando contra los plásticos de uso único. (…) Si pensamos que 13 millones de toneladas van a los océanos cada año y que están matando la vida en los océanos y que están afectando la vida de las poblaciones costeras es uno de los temas ambientales más serios que tenemos».
P: ¿Por qué escogieron esta isla para «Play it Out»?
R: «Antigua y Barbuda es un país que se ha tomado en serio la prohibición del uso de bolsas plásticas, de botellas, en general de todo plástico de uso único. Han hecho una acción realmente revolucionaria, inmediata y en diálogo con el sector privado y con la ciudadanía. Es realmente un ejemplo a seguir, porque es un país además muy vulnerable al cambio climático, que vive de sus océanos, su actividad principal es el turismo y ha tomado esta valiente decisión que es ahora un éxito, un ejemplo mundial».
P: ¿En qué consiste el centro de innovación que se inauguró el viernes en Saint John, la capital del país, el primero del Caribe?
R: «Es una visión de vanguardia, de pensar no solamente en el desarrollo de Antigua y Barbuda sino también del Caribe. Realmente, dadas las situaciones de las economías, de los recursos que tienen estos países, el tema de los servicios, de la innovación, de la tecnología, es uno de los potenciales más grandes que tiene la región en general. Pero no cualquier tecnología y cualquier innovación: es tecnología e innovación vinculado a la sustentabilidad. A temas de combate al cambio climático, de fortalecer la resiliencia de estos países para enfrentar los desastres naturales».
P: ¿Cómo funciona?
R: «El modelo es el ideal: el liderazgo y el compromiso de un Gobierno, el de Antigua y Barbuda, en asocio con una entidad del sistema de Naciones Unidas, la Oficina de la ONU para Proyectos (Unops), que se encarga de administrar y gestionar temporalmente este centro. La idea es que dentro de poco sea el Gobierno el que absorba la responsabilidad directamente. Es una asociación pero con la participación de muchas empresas privadas del mundo, que trabajan además con innovadores, con emprendedores jóvenes. Esta es una pequeña semilla y la idea es que irradie al resto de países del Caribe».
P: ¿Y ya hay algunos resultados?
R: «Vimos en la inauguración de este centro a un joven estudiante de 14 años inventando un robot que mide la humedad de la tierra y genera un mecanismo de riego que cuida la cantidad de agua que se utiliza en la agricultura. (…) ¿Y dónde ocurre eso? En un país gigante que es Antigua y Barbuda. En kilómetros cuadrados quizás uno de los más pequeños, pero en ideas, en compromiso, en entender que son parte de un ecosistema mayor, liderar con el ejemplo, este es un país gigantesco. Y por eso como presidente de la Asamblea General de la ONU decidimos hacer el concierto aquí, mandar desde Antigua y Barbuda un mensaje al mundo entero para decir: ‘Sí es posible eliminar la utilización de plásticos de uso único'».
P: ¿Cómo se complementan con este programa campañas como la de Mares Limpios?
R: «En la iniciativa de Mares Limpios, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), hay más de medio centenar de países que han suscrito este compromiso y muchos más que están interesados en juntarse a esta gran cruzada mundial por océanos libres de contaminación, libres de basura, libres de plástico (…). Hay un momento, un clima a nivel mundial que es muy favorable hacia una iniciativa de esta naturaleza (…). La alerta y la participación de los jóvenes ha sido muy poderoso. Un acuerdo que acaban de firmar 280 empresas del mundo que utilizan empaques de plástico de uso único, que corresponde al 20% del mundo, para buscar alternativas para reemplazar ese material».
P: ¿Y cómo está funcionando?
R: «Es un esfuerzo que se va a proyectar a millones de personas a nivel mundial y la idea es ir cambiando los comportamientos desde el punto de vista del consumidor, pero también de las formas de producir. Se trata de juntar esfuerzos, compromisos».
P: ¿Y el ejemplo comienza por casa?
R: «Uno de los pilares de esta campaña, aunque parezca increíble, era erradicar la utilización de plásticos de uso único de las oficinas del edificio de la ONU en Nueva York. Y hemos hecho una campaña muy acelerada con el apoyo del Secretario General de las Naciones Unidas y en junio se inaugura el primer día de la eliminación de botellas plásticas de la ONU. Pusimos el acelerador y cambiamos la manera en que la organización funciona. (…) Hemos invitado a las delegaciones de los 193 países (miembros de Naciones Unidas) a que adopten las mismas políticas. Por ejemplo, la semana pasada la misión de Omán escribió una carta y dijo: ‘Hemos decretado que en la misión de Omán no se compran ni utilizan plásticos de uso único'».
P: ¿Lo mismo pasa en el hogar de María Fernanda Espinosa?
R: «Soy la madrastra de dos chicos de 20 años. Ellos tienen absolutamente incorporado en su comportamiento el tema de ir al supermercado con una bolsita reusable, en el supermercado es automático, agarran las botellas que son de vidrio,que pueden ser recicladas. A uno le impacta. (…) Yo creo que es un cambio de comportamiento de la familia, a nivel doméstico».
P: Háblenos de la exposición fotográfica «Planeta o Plástico» de National Geographic que van a realizar en la sede de la ONU y luego de manera itinerante.
R: «Es una impactante muestra visual de la capacidad de destrucción que tienen los plásticos de uso único. Abrimos al público el 25 de mayo, pero la inauguración oficial se va a hacer el 4 de junio en Nueva York. Está en un lugar donde todos los visitantes al edificio de la Naciones Unidas, que son miles por día, van a tener la oportunidad de mirarla. Retrata lo que está pasando hoy día en los océanos, con la fauna marina, con los pájaros, con nuestros ecosistemas que están siendo inundados e invadidos por el plástico. Uno ve y parecen esas escenas futuristas del fin de la vida en el planeta, algo así como catastrófico, pero dolorosamente es la realidad».
P: ¿Esta es su mayor preocupación al frente de la Asamblea General?
R: «Cuando inicié mi presidencia en septiembre del año pasado, escogí un tema para este año: hacer que las Naciones Unidas sean relevantes para las personas. Acercar el trabajo de la ONU a la gente común, aterrizarlo y cómo se traduce eso en mejorar la vida de los refugiados, de las personas migrantes, de las mujeres y niñas violentadas en las zonas de conflicto, de las personas que tienen hambre, Naciones Unidas alimenta a 80 millones de personas por día, entrega el 50 % de las vacunas que reciben los niños en el mundo, y muy poca gente sabe, no logra aterrizar para qué sirve que tomemos decisiones normativas en este Parlamento de la Asamblea General».
P: ¿Y a tres meses de terminar su gestión, va por buen camino?
R: «A las personas les gusta la ONU, sonríen cuando ven la bandera de la ONU, pero difícilmente pueden explicar lo que hacemos. Este año ha sido un esfuerzo para explicarlo y mejorar el trabajo que hacemos, tenemos muchos desafíos futuros: empoderamiento y participación política de las mujeres, el rol de los jóvenes como constructores de paz y seguridad, el tema del trabajo decente (…). Para el 2030 si cumplimos los Objetivos de Desarrollo Sostenible el mundo tiene que generar 600 millones de nuevos empleos y la mayoría de esos empleos son para las generaciones jóvenes».
P: ¿Qué ha significado su presencia en este cargo?
R: «Ahí nos damos cuenta que todavía tenemos una tarea pendiente. En 73 años de historia de las Naciones Unidas soy apenas la cuarta mujer presidenta de la Asamblea General, como que la aritmética no está tan bien (risas), y soy también la primera mujer de América Latina y el Caribe. Eso por supuesto me llena de orgullo pero también es una gran responsabilidad: ejercer una presidencia que haga la diferencia, que deje un legado, una marca, que mejore la calidad del trabajo que hace nuestro órgano parlamentario, que es la Asamblea General, los métodos de trabajo, los temas de transparencia, de rendición de cuentas, de comunicación, de acercar más nuestro trabajo a la gente. Esa ha sido un poco mi obsesión de este año».