Redacción Ciencia, 19 jul (EFE) – El impacto climático de los jabalíes es mayor que el de un millón de coches, según un estudio que señala que al escarbar el suelo estos liberan anualmente alrededor de 4.9 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono en todo el mundo, el equivalente a 1.1 millones de coches.
El trabajo se publica en la revista Global Change Biology y sus autores señalan que la creciente población de jabalíes en el mundo podría ser una importante amenaza para el clima.
Para llegar a sus conclusiones, el equipo de la Universidad de Queensland y la Universidad de Canterbury utilizó modelos predictivos junto a técnicas avanzadas de cartografía para determinar el daño climático que causan los cerdos salvajes en los cinco continentes.
Christopher O’Bryan, de la Universidad de Queensland, explica que estos animales «son como los tractores que surcan los campos, removiendo el suelo en busca de alimento».
«Cuando el suelo es removido por los humanos que aran un campo o, en este caso, por los cerdos salvajes que lo arrancan, se libera carbono a la atmósfera».
«Dado que el suelo contiene casi tres veces más carbono que la atmósfera, incluso una pequeña fracción de carbono emitida puede acelerar el cambio climático», asegura este investigador en un comunicado de la citada universidad.
Entre otros resultados, los modelos indican que lo más probable es que estos animales estén en un área de entre 36,000 y 124,000 kilómetros cuadrados, en entornos de los que no son nativos.
«Se trata de una cantidad enorme de tierra, y esto no solo afecta a la salud del suelo y a las emisiones de carbono, sino que también amenaza la biodiversidad y la seguridad alimentaria, que son cruciales para el desarrollo sostenible», argumenta O’Bryan.
Nicholas Patton, de la Universidad de Canterbury, subraya que «las especies invasoras son un problema causado por el hombre, por lo que debemos reconocer y asumir la responsabilidad de sus implicaciones ambientales y ecológicas».
Según el investigador, «si se permite que los cerdos invasores se expandan en zonas con abundante carbono en el suelo, puede haber un riesgo aún mayor de emisiones de gases de efecto invernadero en el futuro».
«Su control requerirá definitivamente la cooperación y colaboración entre múltiples jurisdicciones, y nuestro trabajo no es más que una pieza del rompecabezas que ayuda a los gestores a comprender mejor sus impactos», resumen los autores.