Bruselas, 16 jul (EFE) – Expertos de todo el mundo debatieron este viernes, en la primera Conferencia anual de Venecia sobre el estado de los Derechos Humanos, la lucha contra la impunidad de las multinacionales que incurren en violaciones, un ámbito en el que la Unión Europea quiere liderar, con una ley que presentará este año.
El evento, organizado conjuntamente entre el Parlamento Europeo y el Campus Global de Derechos Humanos, reunió a eurodiputados, activistas, premios Nobel de la Paz y otros expertos.
Uno de los paneles abordó los instrumentos para impulsar el respeto de los derechos humanos y estándares ambientales por parte de las empresas.
La ambientalista brasileña y defensora de los derechos humanos Claudelice Silva dos Santos dijo durante la conferencia que hacen falta leyes que mejoren la trazabilidad de los productos, desde su origen al mercado, y crear listas negras en las que figuren las empresas que se niegan a facilitar esa información.
El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, explicó en una declaración televisada que Bruselas prepara una directiva que presentará dentro de unos meses para ir más allá de las medidas voluntarias aplicadas hasta la fecha, que «han tenido un impacto limitado».
La UE quiere «liderar con el ejemplo», explicó el comisario, y añadió que Bruselas preparará unas reglas «proporcionadas» y que aseguren un equilibrio entre las compañías europeas y las de otros países.
También subrayó que la medida responde a la voluntad de los ciudadanos europeos de no consumir productos que hayan sido fabricados sin respetar derechos y valores fundamentales.
Thomas Ossowski, de la representación permanente de Alemania ante la UE, explicó que su país es pionero en ese ámbito, con una ley que entrará en vigor en 2023.
La normativa alemana obligará a las empresas a informar de la manera en que aseguran el respeto de los derechos humanos en la cadena de suministro y prevé sanciones contra personas y empresas incumplidoras, que pueden llegar a los 8 millones de euros en casos específicos o hasta el 2 % de los ingresos anuales, indicó.
Otro de los asuntos que se trató fue la evolución de la Justicia internacional y las potenciales vías para llevar a los tribunales a los responsables de las violaciones y ayudar a los defensores de los derechos humanos.
El congoleño Denis Mukwege, médico ginecólogo galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2018, se refirió en particular a la situación en la República Democrática del Congo.
Como especialista en el tratamiento de mujeres supervivientes de violencias sexuales en ese país, incidió en la importancia de poner fin a la impunidad y explicó que las víctimas no pueden reconstruir sus vidas mientras no se hace justicia.
«La impunidad transmite el mensaje de que los culpables de las atrocidades tienen vía libre para seguir», dijo Mukwege, quien confió en que la UE «no ponga la alfombra roja a dictadores», explote el potencial de las sanciones e impulse un diálogo político y una estrategia sobre la Justicia internacional.
La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, indicó, por su parte, que «la impunidad ante las violaciones sigue siendo generalizada a escala mundial».
Entre otros mensajes, subrayó la importancia de «empoderar a las víctimas para que puedan participar en los procesos».
«La rendición de cuentas y la justicia son fundamentales para interrumpir los círculos de violencia», dijo Bachelet.
La situación en Cuba se coló en la reunión a través de la intervención del activista venezolano de derechos humanos Lorent Saleh.
«El mundo está en deuda con Cuba», dijo el activista venezolano, e indicó que si los cubanos han salido a protestar a la calle recientemente no es «por las vacunas» sino porque «están muriendo de hambre».
«Cuba para Latinoamérica significa lo que el muro de Berlín era para Europa», señaló Saleh, que acusó a la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos de no pronunciarse sobre la situación en la isla caribeña.
«Si a Bachelet le cuesta pronunciarse sobre el pueblo cubano, ¿cómo podemos esperar que la Corte Internacional lo haga?», dijo el activista.
La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos respondió al activista venezolano diciendo que lamentaba «que ignore que sí que hemos intervenido sobre la situación en Cuba».
«Nos preocupa la situación de los derechos humanos y siempre intervenimos cuando hay que hacerlo», dijo Bachelet.
El Campus Global de Derechos Humanos es una red de cerca de un centenar de universidades para intercambiar recursos y conocimientos en el área de los derechos humanos alrededor del mundo.