San Juan (EFEUSA) – Políticos y ciudadanos dieron este viernes su último adiós en el Capitolio y la catedral de San Juan, al exgobernador de Puerto Rico Rafael Hernández Colón (1973-1977, 1985-1993), fallecido este jueves a los 82 años, a consecuencia de una leucemia.
Familiares, amigos, políticos, entre ellos, los exgobernadores Carlos Romero, considerado el máximo rival político de Hernández Colón, Sila María Calderón, Aníbal Acevedo Vilá, Luis Fortuño, Alejandro García Padilla y el actual mandatario de la isla, Ricardo Rosselló, ofrecieron mensajes de despedida al fenecido exmandatorio, en una emotiva ceremonia.
«Estoy aquí como un ciudadano que fue forjado por las acciones que tomó. Hoy le damos la despedida a quien sin duda fue uno de los grandes lideres de mayor envergadura de la historia de Puerto Rico. Es un icono puertorriqueño, un tesoro de nuestra isla», resaltó Rosselló en su mensaje en el Capitolio.
Rosselló, hijo del también exgobernador Pedro Rosselló, recordó que su «memoria, conciencia política y de liderato comenzó a establecerse bajo la figura de Rafael Hernández Colón», considerado como la segunda figura más importante del Partido Popular Democrático (PPD), detrás de Luis Muñoz Marín.
«Ahí puedo ver que daba dirección, que hablaba con firmeza y concepto que se estaba cristalizando», indicó Rosselló, de cuyo padre tomó las riendas de Puerto Rico en la última incumbencia de Hernández Colón en el 1993 bajo el Partido Nuevo Progresista (PNP).
«Para mí, ese fue un momento de mucha importancia, porque pude ver de primera mano y de primera fila el amor de Hernández Colón por la democracia, de lo que fue su capacidad de pasarle el ‘bastón’ a otra persona», agregó el gobernador actual, de quien dijo también que su padre prosiguió obras que dejó su entonces opositor.
Uno de los discursos más conmovedores fue el de Romero quien reconoció la calidad humana de Hernández Colón y quien se acercó a abrazar a la familia.
Explicó que la rivalidad política producida tras presentarse en tres ocasiones seguidas entre ellos al puesto de gobernador, derivó en una amistad entre él y un «gigante de la administración pública y de la política», como calificó a Hernández Colón.
«Lamento la muerte de un gran héroe puertorriqueño, que fue mi adversario en ocasiones fuerte y difícil. Logramos una relación de amistad y de mutuo respeto», sostuvo Romero.
«Agradezco profundamente su servicio desinteresado al país, pero más que nada, a su férrea defensa del idioma español y nuestra ‘puertorriqueñidad'», enfatizó, por su parte, Sila María Calderón, la única mujer que ha gobernado la isla.
Acevedo Vilá, a su vez, reconoció a Hernández Colón por «su vocación de servirle al país en ideales y causas», dando ejemplo de la diferencia que tuvo cuando en el 2017 el Congreso estadounidense aprobó la Ley Promesa, con la que se creó la Junta de Supervisión Fiscal.
Según contó Acevedo Vilá, tras este acto, Hernández Colón le afirmó que «Puerto Rico será ingobernable, porque no hay forma de armonizar un pueblo electo por el pueblo con un Junta con los poderes que le han dado».
«Rafael no dejó de luchar por lo que creía. Su capacidad de trabajo y de estrategia, no hubiese sido diferente por las cosas en que creía», abundó.
Fortuño, mientras tanto, recordó las ocasiones en que siendo gobernador entre el 2009 y 2013, Hernández Colón lo llamaba «constantemente, no solo durante el día, sino en la noche».
«Fueron tertulias que disfrutaba», admitió Fortuño, quien resaltó al fallecido exjefe del Ejecutivo puertorriqueño por tener un «intelecto privilegiado», «brillante» y porque «estaba claro en que siempre había que hacer lo correcto, guste o no».
Tras su mensaje y el de uno de sus hijos, entre otros, la guardia de honor al lado del féretro fue llevada a cabo por exgobernadores, antiguos presidente del Senado y la Cámara, jueces e, incluso, la propia familia, por expreso deseo del fallecido, quien dejó escrito que no quería que militares velaran el ataúd, cubierto por una bandera.
Tras el acto, los restos de Hernández Colón fueron trasladados hasta la Catedral de San Juan para una misa de cuerpo presente oficiada por el arzobispo Roberto González y en la que sus hijos y nieto se hicieron cargo de las lecturas.
González destacó que el fallecido fue uno de sus hijos ilustres y que no fue «el político que se acercó a la fe para ganar votos», además de destacar el hecho de que entró en el gobierno con la idea de servir y a quien trató de «nuevo procer de la patria».
Tras la ceremonia en la comitiva fúnebre tiene previsto detenerse frente a la sede del PPD, para terminar la jornada en Ponce, ciudad en el sur de la isla y natal del fallecido.