Washington, 14 dic (EFE) – La votación este lunes del Colegio Electoral para ratificar a Joe Biden como próximo presidente de EE.UU. ha estado marcada por las amenazas contra los delegados de Michigan, así como por la presencia del matrimonio Clinton y de la afroamericana Stacey Abrams, artífice de la victoria demócrata en Georgia.
La votación comenzó a las 10.00 hora local del este de EE.UU. (15.00 GMT) en tres de los 50 estados del país (Indiana, Tennessee y Vermont) y durará nueve horas, aunque el momento clave llegará a las 17.00 horas (22.00 GMT) cuando le llegue el turno a California, quien se espera que designe oficialmente a Biden como presidente electo.
Hasta ahora, la vista ha estado puesta en el estado clave de Michigan, donde el Legislativo estatal ha cerrado a cal y canto debido a «amenazas creíbles de violencia» contra los compromisarios del Colegio Electoral, según dijo a la prensa una portavoz de la Cámara Baja.
Sobre las 14.00 hora local (19.00 GMT), comenzó la reunión dentro del parlamento estatal y la gobernadora de Michigan, la demócrata Gretchen Whitmer, fue la encargada de inaugurar el acto.
«Esta fue una elección histórica (…) Michigan eligió a un ganador claro para el cargo de presidente de Estados Unidos. El pueblo ha hablado. La nuestra fue una elección segura y justa», manifestó desde el podio de la cámara.
Mientras tanto, en el exterior, una treinta de simpatizantes del presidente saliente, Donald Trump, se concentraron para intentar interrumpir en el edificio, pero la policía estatal les negó la entrada.
Finalmente, en silencio, los compromisarios del Colegio Electoral depositaron a favor de Biden los 16 votos que le corresponden en el Colegio Electoral a Michigan, donde el demócrata ganó el 51% del voto popular frente al 49% de Trump, que se hizo con ese estado clave en 2016, cuando venció a la demócrata Hillary Clinton.
Precisamente, la excandidata y su marido, el expresidente Bill Clinton (1993-2001), votaron hoy por Biden como parte de los compromisarios del estado de Nueva York.
Normalmente, los delegados del Colegio Electoral son nombrados por los partidos de cada estado y, algunas veces, son personalidades importantes como los Clinton, aunque otras veces son activistas.
En Georgia, por ejemplo, una de las 16 compromisarias fue la afroamericana y demócrata Stacey Abrams, quien después de perder las elecciones por la Gobernación del estado en 2018 fundó la organización Fair Fight para luchar contra quienes quieren impedir el sufragio de miembros de las minorías afroamericana e hispana.
Abrams hizo un importante esfuerzo para movilizar el voto en Georgia, donde Biden se convirtió en el primer demócrata en ganar desde 1992.
El voto del Colegio Electoral es un mero paso burocrático, pero este año ha ganado importancia por los intentos de Trump de socavar el proceso.
El mandatario, que dejará el puesto el 20 de enero, hasta ahora no ha reconocido su derrota en los comicios del 3 de noviembre y ha presentado varias demandas en estados claves para alegar, sin pruebas, que hubo fraude electoral en el voto por correo, que usaron millones de estadounidenses por la pandemia.
En EE.UU., el presidente no se selecciona mediante el voto popular, sino con un sistema indirecto.
En realidad, cuando acudieron a las urnas en noviembre, los estadounidenses eligieron a los compromisarios del Colegio Electoral que les representan en la votación que tiene lugar hoy en este órgano y cuyo número varía dependiendo de la población de cada estado, razón por la que algunos como Pensilvania y Florida tienen mayor peso.
Biden ganó en una serie de estados que le asignaron 306 compromisarios, por encima del mínimo de 270 necesarios; mientras que Trump acumuló 232.