Por Héctor Luis Coca Soto
Psicólogo Licenciado, Consultor en Adiestramiento y Manejo de la Conducta
Llevamos 10 meses atravesando esta pandemia. Las presiones que esta situación ha ocasionado son diversas. Aún cuando son muchas las situaciones que vivimos debido a la pandemia, todas tienen algo en común, y es el efecto que tiene el estrés en las personas y que les genera el temor al virus y las medidas para evitar el contagio.
El efecto del estrés es un concepto que originalmente sale de la ingeniería y la física. Si tomamos un pedazo de madera, por ejemplo, y le aplicamos un tanto de presión gradual, veremos cómo termina quebrándose.
Lo mismo sucede con una persona luego de algún tiempo experimentando el efecto de la presión psicológica.
En su cuerpo, mente o sus relaciones sociales habrá algún tipo de efecto. Ningún cuerpo lo aguanta sin alguna forma de daño. Cuando nos referimos a estrés en psicología, la esencia de la definición es la demanda.
Esta demanda lo primero que ocasiona es un estímulo del sistema natural de respuesta en nuestro cuerpo para enfrentar las emergencias. Si el estímulo pasa a diario, se convierte en la manera habitual de funcionar. Crea una tensión muscular que equivale con el tiempo a guiar un carro de San Juan a Ponce con la palanca de emergencia puesta.
El resultado de esto es: mayor riesgo de lesión, y un cansancio excesivo producto del desperdicio de energía. Puede suceder que un estilo de vida en estrés excesivo provoque que la mente y el cerebro operan continuamente en estado de alerta y alarma, lo que a su vez puede causar que la persona encuentre dificultades para alcanzar un estado de tranquilidad.
Esto se llama condicionamiento conductual. Y puede llegar al extremo que el mero acto de levantarnos en la mañana puede ser razón para estar en una actitud de prisa y emergencia sin que exista una causa objetiva para ello. Los síntomas más comunes se observan en ansiedad, depresión, problemas de sueño, dificultad con la concentración, irritabilidad, reacciones psicosomáticas (manifestaciones en el cuerpo producto del estado emocional), uso de drogas o alcohol, y otros problemas de salud mental.
El primer paso para manejar el estrés es reconocer que el “sistema de alarma” natural está alterado. La expectativa de que algo ocurrirá ocasiona un estado permanente de alerta excesiva. Entonces tiene que “desacelerar”. ¿Cómo logramos esto?
Existen varias estrategias que tienen la mayor efectividad, según la evidencia científica. La primera es el buen manejo del tiempo. Ser realista con la carga que uno se pone diariamente es un factor importante de manejo de estrés.
El uso de un buen sistema de organización es parte de este tema, como por ejemplo, llevar una agenda en papel o electrónica. Tu tiempo de recreo, ejercicio y sobretodo interacción con tus hijos y pareja debe estar incluido en la agenda.
La segunda es un plan de ejercicio.
Lo que demuestra la investigación es que el ejercicio no solo favorece la autoestima y la sensación de salud y el bienestar, también causa que el cuerpo produzca químicos cerebrales dirigidos a prevenir la depresión ( ej: serotonina y norepinefrina), analgésicos (endorfinas) y lograr un mejor sueño.
El siguiente paso es dormir adecuadamente. Dedicar pocas horas a dormir con el tiempo ocasiona irritabilidad, errores frecuentes, riesgo a la seguridad, sobrepeso por reducción de metabolismo, menos aprendizaje e induce al uso de substancias. Todos estos factores se asocian con la depresión.
Le sigue la comunicación. Observa y mejora tu estilo de comunicarte con otros. Tu salud mental tiene una relación directa con la cantidad de relaciones que tienes a tu alrededor. Recuerda que tu especie por naturaleza es gregaria.
La quinta es la necesidad de tener un tiempo para el recreo y las actividades placenteras. El tiempo de recreo debe ser diario. Las actividades placenteras deben ser al menos dos veces por semana. La actividad placentera es todo aquello que te produzca placer hacer y que no te cause más daño luego.
Si, el sexo esta incluido en actividad placentera y se define como inviertir y crear nuestras propias técnicas de relajación. Entre estas hay que mencionar que el Yoga tiene una relación empírica con sanación de trauma emocional y salud mental general. En esto de la salud mental la relajación logra tiene un efecto saludable tremendo.
Anímate, comienza por lo que te sea más sencillo.