Madrid, 11 nov (EFE) – El calentamiento de los océanos debido al cambio climático provoca que los huracanes que tocan tierra se mantengan fuertes más tiempo y se adentren más tierra adentro con un mayor poder destructor, señala un estudio que publica hoy Nature.
La clave está en que los huracanes que se forman sobre los océanos con mayor temperatura acumulan más humedad, que les sirve como «gasolina», por lo que tras tocar tierra se mantienen fuertes más tiempo.
En el futuro, a medida que el mundo siga calentándose, es «más probable» que los huracanes que tocan tierra lleguen a las comunidades situadas más al interior y sean más destructivos, señala la investigación.
«Las implicaciones son muy importantes, especialmente cuando se consideran las políticas que se ponen en marcha para hacer frente al calentamiento global», dijo el autor principal del estudio Pinaki Chakraborty, de la Universidad de Posgrado del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (Japón).
Ya se sabe que las zonas costeras necesitan prepararse para huracanes más intensos, pero las comunidades del interior, «que tal vez no tengan los conocimientos o la infraestructura para hacer frente a vientos tan intensos o a fuertes lluvias, también necesitan estar preparadas», agrega el investigador en una nota de la universidad japonesa.
Los científicos analizaron los huracanes del Atlántico Norte que tocaron tierra en el último medio siglo y vieron que durante el primer día se debilitaron casi dos veces más lentamente ahora que hace 50 años.
Sin embargo, en los gráficos esa ralentización no era lineal sino en forma de ondas. Unos altibajos que coincidían con los mismos registrados en la temperatura de la superficie marina, explicó Lin Li, de la misma universidad.
Para probar el vínculo entre la temperatura de la superficie del mar y el debilitamiento más lento de los huracanes al llegar a tierra firme, crearon simulaciones por ordenador.
Los huracanes son «motores de calor, como los motores de los coches» y su combustible es la humedad que toman del océano, que «intensifica y mantiene su poder destructivo» con la energía calórica de la humedad convertida en poderosos vientos.
Llegar a tierra es equivalente a detener el suministro de combustible al motor de un coche. Sin combustible, el coche se desacelera y el huracán, sin su fuente de humedad, se descompone.
Las simulaciones demostraron que los océanos más cálidos impactan significativamente la tasa de decadencia de los huracanes, incluso cuando se corta su conexión con la superficie del océano, pero los investigadores debían saber por qué.
La respuesta fue que la humedad almacenada por el huracán en su contacto con el agua era «el eslabón perdido».
Al tocar tierra, aunque ya no pueden acceder al suministro de humedad del océano, los huracanes siguen llevando una reserva de que se agota lentamente.
Cuando los científicos crearon huracanes virtuales que carecían de esta humedad almacenada después de llegar a tierra, descubrieron que la temperatura de la superficie del mar no tenía ningún impacto en la tasa de deterioro.
«Esto demuestra que la humedad almacenada es el factor clave que le da a cada huracán en la simulación una identidad propia y única identidad», dijo Li.
El aumento del nivel de humedad almacenada también hace que los huracanes sean más húmedos, un resultado que ya se está sintiendo, pues los recientes huracanes han desencadenado volúmenes de lluvia devastadoramente altos en las comunidades costeras y del interior, agrega la investigación.
Los modelos actuales de decadencia de huracanes no consideran la humedad los ven como «un vórtice seco» que al llegar a tierra se ralentiza por la fricción. «Nuestro trabajo muestra -indicó Li- que estos modelos están incompletos».