San Juan, 10 sep (EFE News) – La industria del espectáculo en Puerto Rico perdió cerca de $150 millones y se cancelaron más de 1,000 espectáculos a causa de la crisis del COVID-19 desde el inicio de la pandemia el pasado mes de marzo.
«Seis meses después, las pérdidas estimadas de la industria del espectáculo ascienden a 150 millones de dólares. Más de mil espectáculos han sido cancelados en la isla desde marzo pasado y sobre 30.000 trabajadores permanecen a la espera de la consideración del gobierno para que active un paquete de ayudas y beneficios, que de manera urgente frenen la agonía de esta industria», señaló este jueves a través de un comunicado Nelson Castro, presidente del Colegio de Productores de Espectáculos Públicos de Puerto Rico en representación del sector
«Necesitamos volver y reabrir, según propuesto, por fases la industria que todavía hoy permanece en silencio», señaló.
Reclamó al gobierno que active de inmediato el Plan de Recuperación del sector del entretenimiento presentado en mayo pasado y exigió especial atención a la fase de ayudas e incentivos para sus trabajadores.
Al mismo tiempo anunció su unión al movimiento internacional MUTE Ibérica (Movilización Unida de Trabajadores del Espectáculo), que busca instar a los gobiernos a regularizar el trabajo en el sector cultural de una forma adecuada y a tomar medidas urgentes para paliar la grave situación de los trabajadores de la cultura.
El movimiento fue creado con el objetivo de unir a todos los afectados por la situación que experimentan los trabajadores de las artes y la cultura en todas partes del mundo.
La industria del espectáculo es la única que ha permanecido inoperante en Puerto Rico por disposición del gobierno desde la primera orden ejecutiva que dispuso el cierre de los centros de espectáculos en marzo de este año, según recordó.
El comunicado subraya que el vínculo con el movimiento internacional pretende dar visibilidad a todos los sectores que agrupa en Puerto Rico la industria compuesta por más de 30,000 trabajadores y que se aprueben medidas específicas para proteger sus derechos.
El plan presentado en mayo incluyó la solicitud de una extensión en los beneficios por desempleo para los empleados por cuenta propia (PUA) que incluye a los actores, técnicos de vestuario, libretistas y ujieres de teatro, entre otros.
El 90% de los trabajadores de la industria lo hacen por cuenta propia.
La agenda de recuperación presentada incorporó medidas de seguridad, que abarcan los requisitos y protocolos para la apertura por fases de los centros y los eventos presenciales.
Castro anticipó además una manifestación de todos los sectores de la industria del entretenimiento en la isla el próximo día 17, cuando el movimiento internacional tendrá su momento álgido de expresión.
«Ya han sido coordinadas manifestaciones en distintos puntos del planeta y Puerto Rico no será la excepción. Este es el momento de reivindicar la ayuda y la atención que urge para uno de los sectores más vulnerable y castigado por esta pandemia y por las decisiones muchas veces tomadas sin base científica que las justifiquen», dijo el productor.
«Nuestra industria es una de las más afectadas y una de las que más tardará en recuperarse. Aun cuando el gobierno autorice la reapertura tendremos que garantizar todas las medidas de seguridad para la protección de nuestro público y ganar su confianza para que vuelvan a congregarse para disfrutar de espectáculos presenciales», añadió Castro.
Por su parte el director ejecutivo del Colegio de Productores de Espectáculos Públicos, Juan Carlos Zapata, adelantó que el COPEP se mantiene en comunicación con los candidatos a la gobernación y en espera de una expresión de estos sobre su visión y compromiso con la industria.
Según los datos del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, este sector genera ingresos de 2.100 millones de dólares al año y tiene más del 90 % de la captación del impuesto del IVU, según el Departamento de Hacienda.
Las propuestas de apoyo económico presentadas para garantizar la continuidad de la industria de la economía incluyen un programa alternativo de ayuda económica por desempleo para los trabajadores de la industria y la extensión de ayuda por desempleo a trabajadores de la industria hasta que se reanuden los eventos.
Además, un incentivo o asignación de fondos a las instalaciones para garantizar la administración y operación, así como la reducción de los cánones de arrendamiento.
Por último, un incentivo o asignación de fondos para la producción de eventos para estimular la actividad.