El Conejo Malo sí estuvo en la SanSe, muy bien camuflado, disfrutando desde el público el espectáculo de Vico C
Por Julio V. Núñez
Pride Society Magazine
Concluidas las archifamosas Fiestas de la Calle San Sebastián, no podemos más que -como pueblo- sentirnos orgullosos por la celebración de un evento que es de clase mundial.
Este año solo asistí jueves, para ir a trabajar con Plena Libre y La India, y el domingo para un poco de jangueo y para poder escribir algo para este espacio. En ambas ocasiones, y como ha sido tradición por más de diez años, la organización estuvo excelente. Si algún detalle no engranó durante las primeras horas, fue corregido y la celebración continuó.
Esta edición, la número 55, han sido las más concurridas, de acuerdo a las estadísticas oficiales. A vuelo de pájaro, estos son los números oficiales:
- El impacto económico será de $91 millones con un impacto fiscal de $6.3 millones, superando respectivamente los $60.8 millones y $4 millones generados en 2024.
- Aproximadamente un millón de personas asistieron de jueves a domingo.
- La asistencia más alta se registró el sábado con 317,425 personas, marcando un récord histórico.
- Se recibieron más de 29,000 visitantes de cruceros.
- El 67% de los comerciantes reportaron mayores ventas el sábado, un incremento con respecto al viernes, y el 56% indicó que sus ventas superaron las del año pasado.
- Más de 100,000 personas utilizaron el servicio de transbordo ofrecido por el Municipio de San Juan para llegar al evento.
- Los verdaderos héroes son los todos empleados municipales, de arriba abajo, fajados de campana a campana para lograr que el evento fuera uno seguro y lo mejor organizado, dentro del gentío sin precedentes. Otro héroe: Bad Bunny. Entre el público, al menos jueves y domingo, lo que se escuchaba era que Benito haría una aparición por la tarima del Quinto Centenario. Pues esa aparición en tarima no se materializó. El Conejo Malo sí estuvo en la SanSe, muy bien camuflado, disfrutando desde el público el espectáculo de Vico C. La sola posibilidad de esa aparición en tarima movió a miles y miles de boricuas al Viejo San Juan, y en cada negocio lo que se escuchaba incesantemente era la música de DTMF.
Páralo aquí… El domingo pude hablar con una artesana, que vendía abanicos de mano con diferentes y atrevidos mensajes. Le pregunté cómo le había ido la venta el sábado y me respondió: “Ayer sábado, solo en ATH Móvil, vendí cerca de $35 mil. No he contabilizado el cash ni el Venmo”.
Ella se percató de mi incredulidad y prosiguió: “Es verdad, no te miento, yo estoy en shock. Gracias a Dios esto ha sido un buen empujón económico para este 2025”. A mí… eso me hizo el día. Si multiplicamos esa experiencia por 50 a 100 comercios más (y son muchísimos más), todo vale la pena.
Para cerrar, unas humildes recomendaciones al don señor Alcalde Romero, así como cosa mía, de algunas cosillas que entiendo se deben considerar:
- Son demasiado pocos los quioscos de comida. No dan abasto. Tiene que haber el doble o triple. No deberíamos estar más de una hora para comprar alguna fritanga. Para las bebidas no hubo mucho problema, pero para la comida fue una odisea. No debe repetirse.
- Los baños portátiles se mantuvieron, al menos los cercanos a las plazas, en buenas condiciones y los empleados de ornato los refrescaban oportunamente. No obstante, con un número sin precedente de asistentes, debería ser considerada la posibilidad de contar con más.
- El evento es tan inmenso que ya no cabe en la isleta. Quizá es hora de ir pensando en descentralizar las fiestas. Dividir las tarimas y algarabía entre el Viejo San Juan, los terrenos del Bithorn, Río Piedras y Santurce… por audiencias, por géneros musicales, por lo que sea, y establecer un machineo. No sé si esto se lee inaudito, don señor Alcalde Romero, pero no lo descarte… Piénselo.
Por lo demás, una felicitación a todos por tan excelente evento. Para atrás ni un paso…