Nuevo estudio visibiliza el sinhogarismo juvenil y urge campañas, censo y programas dirigidos para atenderlo
SAN JUAN, Puerto Rico — Cientos de jóvenes en Puerto Rico enfrentan una realidad alarmante: carecen de un hogar seguro, a pesar de estar estudiando o trabajando.
Muchos duermen en vehículos, pasillos universitarios o dependen de la buena voluntad de amistades o familiares para encontrar un lugar donde pasar la noche. Esta situación, conocida como sinhogarismo juvenil, ha sido documentada por primera vez en el país mediante un estudio realizado por la organización Solo por Hoy, su Comité Asesor de Jóvenes (Youth Advisory Board, YAB) y la firma Estudios Técnicos, Inc.
El «Estudio de Necesidades de la población de jóvenes sin hogar» estimó que unos 300 jóvenes estuvieron sin hogar durante el último año. De estos, 55 vivieron literalmente en la calle, 117 accedieron a servicios de vivienda permanente ofrecidos por organizaciones del sistema de Continuums of Care (CoC), y otros 185 fueron identificados al solicitar ayuda para vivienda a través del sistema coordinado de entrada de Solo por Hoy. Sin embargo, se presume que la cifra real podría ser más alta, advirtió Livette Lozada, coordinadora del Comité Asesor de Jóvenes.
“El valor principal de este estudio es tener un reconocimiento de la situación que viven los jóvenes en Puerto Rico, al identificar las barreras que enfrentan y poder hallar soluciones de acuerdo a los problemas que expusieron ellos mismos, no navegar a ciegas”, expresó Lozada.
“Las razones principales para el sinhogarismo juvenil que nos indicaron son los problemas intrafamiliares y la violencia doméstica, problemas económicos, desalojos, ser jóvenes egresados de los programas de custodia del Departamento de la Familia, abuso de sustancias y salud mental”.
Tras la publicación del estudio, Solo por Hoy anunció una campaña educativa de orientación “de joven a joven”, enfocada en el sinhogarismo juvenil y los servicios disponibles para quienes lo enfrentan. Además, buscan impulsar un censo a nivel isla que permita identificar de forma más efectiva a esta población, utilizando herramientas digitales y redes sociales, explicó Belinda Hill, directora ejecutiva de la organización.
“Las razones del sinhogarismo entre jóvenes son muy particulares y requieren de enfoques integrales para poder proveer esa estabilidad”, comentó Anitza Cox, quien presentó los hallazgos del estudio durante una conferencia en el Club Rotario de Río Piedras. “Me impactaron los hallazgos de cómo incide en el sinhogarismo el tema de la violencia. Fueron reveladores los datos que pudimos levantar en las historias de vida así como en las soluciones que proponen más alineadas a su realidad”.
El informe incluye testimonios directos, como el de una joven que relató: “Yo llegué de allá afuera y tuve que ir a casa de mi abuela. Entonces, mi abuela tenía problemas mentales y me terminó botando de la casa. Así que yo me fui con mi mamá. Yo nunca he tenido buena relación con mi mamá y el día de mi cumpleaños me botó a la calle”.
Según datos demográficos del 2023, en Puerto Rico residen alrededor de 300,000 jóvenes entre las edades de 18 a 24 años. De estos, el 54% son mujeres; el 55% estudia; el 37% vive en hogares no familiares y tres de cada diez viven solos. El desempleo alcanza el 26% en este grupo; el 45% vive bajo el nivel de pobreza, el 9% tiene alguna discapacidad y el 56% de los jefes de hogar que viven en propiedades alquiladas experimentan alguna vulnerabilidad de vivienda. De los jóvenes encuestados, el 69% enfrentaba el sinhogarismo por primera vez.
Líderes de organizaciones entrevistados para el estudio coincidieron en que el sinhogarismo juvenil va más allá de vivir en la calle. Incluye también la inestabilidad de vivienda, como el constante cambio entre hogares de amistades, familiares, hospedajes temporeros o albergues. Esta situación conlleva inseguridad alimentaria, emocional, social y de acompañamiento, y está ligada a la pobreza estructural y la falta de oportunidades que afectan el desarrollo digno de la juventud.
Entre los principales retos señalados por el estudio se encuentran: dificultad para conseguir empleo debido a la falta de experiencia, bajos salarios, alto costo de vida, barreras legales como la mayoría de edad requerida (21 años) para acceder a programas de vivienda, conflictos intrafamiliares, desconocimiento sobre programas de ayuda, escasez de servicios específicos para jóvenes y el estigma que asocia el sinhogarismo con irresponsabilidad o consumo problemático de sustancias.
El estudio concluye con un llamado a visibilizar esta problemática, crear programas adaptados a las realidades juveniles y ofrecer respuestas concretas que permitan a esta población salir del ciclo de la inestabilidad y alcanzar una vida digna.




