San Juan, 1 mar (EFE News) – Puerto Rico pudo haber registrado hasta tres veces más muertos a causa de la covid-19 en los 6 primeros meses de la pandemia que los datos oficiales, según un estudio publicado por el Centro Nacional para la Información de Biotecnología (NCBI, en inglés) de Estados Unidos.
El Centro de Periodismo Investigativo (CPI) divulga este lunes el informe, que sostiene que las tendencias encontradas en los datos de exceso de mortalidad de la isla de marzo a julio de 2020 se alejan de la curva epidemiológica de muertes por la covid-19 reportada por el Departamento de Salud de Puerto Rico.
Los autores del informe sostienen que la diferencia entre su curva y la curva original del Departamento de Salud pudo haber surgido a causa del retraso, de hasta ocho semanas, en la entrega y procesamiento de certificados de defunción.
El estudio fue elaborado por profesionales de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) y el Departamento de Salud de Puerto Rico para la Asociación de Escuelas y Programas de Salud Pública.
El retraso, según el estudio, pudo deberse a la falta de pruebas diagnósticas y limitaciones para hacerse la prueba que detecta el virus durante esos meses, así como el empeoramiento de condiciones de salud por la falta de atención médica causada por el miedo al virus.
MENOS VISITAS A LOS HOSPITALES QUE LO HABITUAL
Según el estudio, los datos de inicios de la pandemia muestran que el número de visitas al hospital fue menor que lo habitual por las estrictas medidas de mitigación de salud públicas relacionadas con la covid-19.
Indica que es posible que las personas en Puerto Rico hayan retrasado o evitado la atención médica debido a preocupaciones sobre la exposición a la covid-19.
Esto pudo exacerbar condiciones crónicas descontroladas o infecciones latentes, subraya el estudio publicado en febrero por el NCBI, una división de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.
Durante los meses de marzo a julio se registraron 638 muertes en exceso a las que regularmente ocurren en Puerto Rico en esos meses, precisa el informe.
Esas muertes incluyen un total de 225 fallecidos por la covid-19 y dejando las 413 muertes restantes como posibles muertes adicionales relacionadas al virus que no fueron contadas como tal, sino asignadas en el certificado de defunción a otras causas de muerte, de acuerdo a la investigación.
INVESTIGACIÓN DEL CPI DA CIFRAS SIMILARES
Una investigación del CPI publicada seis meses antes utilizando la Base de Datos de Causas de Muerte del Registro Demográfico de Puerto Rico había encontrado cifras similares.
La investigación del CPI detectó un patrón de exceso de hasta unas 1,000 muertes entre marzo y agosto de 2020.
Estas muertes incluían cerca de 500 muertes que el Gobierno atribuía a la covid-19 y las 500 muertes restantes que pudieron haber estado vinculadas al virus, pero fueron atribuidas a otras causas de muerte, según el CPI.
El NCBI determinó un exceso de 413 muertes para los primeros cinco meses de la pandemia y el CPI de 500 para los primeros seis meses de la pandemia.
En el estudio se reafirma la importancia de incluir las muertes probables por la covid-19, no solo las que han sido confirmadas por una prueba de laboratorio, porque en el caso de Puerto Rico de los 225 casos de la covid-19 informados oficialmente para el periodo de estudio, la mitad fueron muertes catalogadas como probables.
El estudio indica que la forma más precisa de medir el impacto real de la pandemia es complementar las cifras oficiales de muertes por la covid-19 con los datos de exceso de muerte para todas las causas de muerte.
Esto porque el nuevo virus impuso una presión extraordinaria sobre los sistemas de vigilancia y de salud pública locales que les impide en algunas instancias poder identificar todos los casos.
El estudio también reveló que la mediana de edad de los fallecidos por la covid-19 durante el periodo fue de 73 años, que el 26.7% de las muertes ocurrieron en la región metropolitana y que 62.2% de los fallecidos fueron hombres.
El 83% murió en el hospital y el 41.3% requirió ventilación mecánica.