Por Miguel Díaz Román
Especial para EyBoricua.com
San Juan–La Junta de Directores del Hospital del Maestro acordó el martes en la noche solicitar la protección del Tribunal Federal de Quiebras bajo el capítulo 11 de reorganización, para lo cual también se aprobó contratar un bufete de abogados que tendrá la responsabilidad de presentar el caso de quiebra.
La determinación de solicitar la quiebra del hospital requerirá que los socios de la histórica institución hospitalaria aprueben la transacción en una asamblea. Una fuente vinculada al hospital dijo que la votación de los socios deberá ocurrir antes de que la petición de quiebra sea presentada, probablemente, la semana próxima. No está claro si la petición de quiebra será avalada por los socios.
No obstante, otras fuentes del hospital del Maestro plantearon la posibilidad de que en conjunto con la quiebra surjan alternativas que permitan al hospital continuar como una opción de servicios médicos para la comunidad.
De acuerdo con la fuente, la entidad Salud Integral de la Montaña Inc. (SIM), podría adquirir el hospital una vez el proceso de quiebra haya comenzado. Alegadamente, la adquisición del hospital por SIM tendría el aval del Banco Popular, que es el principal acreedor del hospital.
SIM es una corporación sin fines de lucro que recibe una subvención bajo la sección 330 de la Ley de Salud Pública Federal para ofrecer servicios de salud a comunidades de escasos recursos. SIM opera centros de salud integral en los municipios de Barranquitas, Bayamón, Comerío, Corozal, Naranjito, Orocovis y Toa Alta.
La fuente indicó que la determinación tomada el martes por la Junta de Directores del hospital acontece en el contexto de una decisión emitida por un jurado en el Tribunal Federal de San Juan, que le impuso a la institución hospitalaria la obligación de compensar a una familia con $2.4 millones como resultado de una demanda por impericia médica contra un médico, en la que el hospital también fue considerado responsable.
Falta de efectivo precipita la quiebra
La decisión de acudir al Tribunal de Quiebras responde a la precaria situación económica del hospital y a la ausencia de fondos en efectivo para cumplir con la sentencia que obliga al hospital a pagar la millonaria suma a una familia cuyo hijo sufrió lesiones físicas durante su nacimiento en el hospital y por el que también fue responsable el doctor Félix Villar Robles.
Tras el veredicto del jurado, que decidió que el Hospital del Maestro debía pagar $5 millones, los abogados del hospital presentaron mociones solicitando una reducción de la compensación. El magistrado Marcos López, que presidió el caso, avaló la petición y redujo la sentencia de $5 millones a $2.4 millones. El pasado año los demandantes impugnaron la decisión de López en el Tribunal de Apelaciones para el Primer Circuito en Boston, que ratificó el veredicto del jurado.
Pero los abogados del hospital han insistido en que pagar la totalidad de la sentencia representará un daño irreparable que afectará la atención médica para cientos de pacientes. De hecho, durante el día de ayer se celebró una vista en ese tribunal en Boston, en la que los abogados intentan lograr unas condiciones favorables para cumplir con el pago de la millonaria suma.
Las deudas del hospital ascienden a $34 millones, cuyos principales acreedores son el Banco Popular, con una deuda asegurada de $12 millones, y la Autoridad de Energía Eléctrica con $6 millones. Además, el plan de salud para maestros, servidores públicos y jubilados, conocido como Prossam, que pertenece a la Asociación de Maestros, le adeuda cerca de $500,000.
El hospital también mantiene una abultada deuda con la Égida del Maestro, que está ubicado junto al hospital en el sector Baldrich en Hato Rey, por el alquiler de un predio de terreno que ha utilizado como estacionamiento durante décadas sin efectuar pago alguno.
Anticipan más quiebras
La difícil situación financiera del hospital del Maestro trasciende luego de que a principios del pasado mes de septiembre el Hospital Pediátrico San Jorge, ubicado en Santurce, recurriera a la quiebra tras solicitar la protección del capítulo 11 en Tribunal Federal de Quiebras, con el fin de evitar el despido de personal y para reorganizar el pago de sus deudas.
En aquel momento el presidente del Colegio de Médicos de Puerto Rico, el cardiólogo Carlos Díaz, anticipó que más hospitales recurrirán a la quiebra como una medida para enfrentar la crisis económica que padecen. Varias semanas atrás Díaz advirtió sobre la crisis de los servicios de salud que padece el país y solicitó al gobernador que declare un estado de emergencia en el sistema sanitario del país debido a la fuga de médicos y las dificultades financieras.
En entrevista con este medio, Díaz sostuvo que “vamos a ver fusiones de hospitales pequeños con hospitales más grandes” y señaló que la crisis de los hospitales es el resultado de los efectos del huracán María, de la pandemia, del huracán Fiona, la pérdida de población y de los incumplimientos con los pagos por parte de las aseguradoras.
“Las aseguradoras retienen los pagos y afectan a los médicos, a todos los proveedores y a los hospitales. La falta de pago por las aseguradoras es la realidad que quieren tapar para presentar la imagen de que todo está bien. Esta situación de los hospitales es una crónica de muerte anunciada”, dijo Díaz.
Agregó que si finalmente el Congreso aprueba $19,400 millones para el plan de salud del gobierno, el beneficio lo recibirán el 43 % de la población. “Y qué pasará con el 57 % restante de la población. Esos $19,400 millones es un premio de “Powerball” para las aseguradoras que se quedarán con el 20 %”, sostuvo.
La situación de los hospitales en Puerto Rico no es muy distinta a la que padecen los hospitales en los Estados Unidos. El pasado mes de septiembre, la Asociación de Hospitales de Estados Unidos proyectó que entre el 53 % y el 68 % de los hospitales terminarán el 2022 endeudados. Esto significa un aumento del 34 % de los hospitales que estaban endeudados a fines de 2019.
Según esa asociación, el elevado endeudamiento provocará la consolidación entre hospitales y despidos de empleados y también causará un hacinamiento de pacientes en los hospitales sobrevivientes.