San Juan, 25 mar (EFE News) – Las estrictas medidas para combatir el COVID-19 en Puerto Rico, acompañadas por un ambicioso plan de ayudas, afectan a un territorio sumido en una crisis económica que todavía se recupera del huracán María de 2017 y los terremotos de enero.
El Ejecutivo de San Juan se adelantó a Estados Unidos continental con el confinamiento de la población y un toque de queda nocturno, medidas severas en comparación a otros territorios de EE.UU. que hoy paralizan la actividad, aunque el anuncio de un paquete de $787 millones para relanzar la economía se espera que contribuya a dinamizar la isla.
EL GOBIERNO PREVÉ UN PLAN DE AYUDAS
El Gobierno liderado por Wanda Vázquez prevé que el plan de ayudas sea un revulsivo para un sector productivo golpeado por desastres naturales y una crisis asociada a una monumental deuda pública en un territorio en el que los despidos ya se dejan sentir, en especial en el sector turístico, en camino a la paralización.
La noticia de que 2,000 empleados de una decena de hoteles fueron despedidos -según los establecimientos con la esperanza de volverlos a contratar cuando se supere la crisis- ha provocado incertidumbre en la isla, muy dependiente del turismo.
Los emblemáticos Dorado Beach Ritz-Carlton Reserve, El Convento o La Concha Resort son algunos nombres de establecimientos que han reducido su actividad y que, incluso, podrían cerrar, un drama para familias y la economía en general.
El presidente de la compañía hotelera HI Development, Miguel Vega, informó que sus establecimientos se encuentran operando de manera limitada a raíz de la baja en ocupación a causa del COVID-19.
PRESENTAN MEDIDAS TRAS DESPIDOS EN HOSTELERÍA
El portavoz de la Comisión de Turismo de la Cámara baja, Ángel Matos, presentó para el sector hostelero medidas de choque y propuso un fondo para el mantenimiento de empleaos del sector, extender las prórrogas en los pagos de los hoteles y reducir en un 50% la tasa contributiva de la industria durante 18 meses.
Analistas apuntan que las medidas del Ejecutivo son necesarias para detener la expansión de la pandemia, pero, si duda, suponen un golpe para la actividad, una vez que se traducen en la práctica paralización de una economía en crisis desde 2008.
La crisis que comenzó ese año se vio acrecentada a partir de 2015 con el inicio del impago de una deuda de cerca de $70,000 millones, lo que provocó que Washington impusiera una entidad de control federal a San Juan para fiscalizar las finanzas públicas.
EL HURACÁN MARÍA, UNA LOSA POR SUPERAR
El huracán María, que en septiembre de 2017 provocó más de 3,000 muertes y pérdidas difíciles de cuantificar, es una losa todavía sin superar que se suma a las dificultades para combatir el COVID-19.
Además, en enero pasado un terremoto de magnitud 6.4 golpeó el suroeste de la isla dejando pérdidas económicas a las que se estaba dando respuesta cuando llegó la crisis del coronavirus.
El Ejecutivo se vio obligado a tomar estas severas medidas consciente de la fragilidad de su sistema sanitario, tal y como reconoce un reciente estudio que apunta que 72 de sus 78 municipios carecen de capacidad para hacer frente a una crisis como la del COVID-19.
No ayuda tampoco disponer de un sistema sanitario en el que en los últimos años miles de profesionales partieron hacia Estados Unidos.
LA PÉRDIDA DE CONTROL DE CASOS LLEVARÍA AL COLAPSO
El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, Víctor Ramos, reconoció que una pérdida de control de los casos del COVID-19 podría conducir al colapso del sistema.
La isla suma a la crisis del coronavirus la amenaza del dengue, como subraya la directora asociada de la Unidad de Control de Vectores de Puerto Rico, Marianyoly Ortiz, quien dijo que la amenaza del mosquitos Aedes aegypti, portador de dengue, no puede dejarse de lado a pesar de la crisis del COVID-19.
El sector médico denuncia además la falta de pruebas de detención del COVID-19, lo que supone que sea complicado detectar rápidamente a los contagiados y, por tanto, facilitar la propagación del virus.
Además, se llama la atención sobre la falta en general de equipos para hacer frente a la pandemia, como mascarillas, guantes y equipos de protección.
El Gobierno también teme que con el coronavirus golpeando a todo el territorio estadounidense Puerto Rico se convierta, de nuevo, en el olvidado de Washington, una vez que la isla no dispone de un representante con voto ante el Congreso con capacidad de presión.
Puerto Rico registra hasta este miércoles 51 positivos con coronavirus y dos fallecidos.