San Juan, 31 ago (EFE) – Puerto Rico se dirige a la meta de «retomar el rol de centro mundial de referencia farmacéutico y de dispositivos médicos», objetivo apoyado por las autoridades de EE.UU. para reducir la dependencia de China en una pandemia que ha hecho que algunas farmacéuticas piensen en apostar por la isla para manufacturar productos contra el COVID-19.
El presidente de la patronal Asociación de Industriales de Puerto Rico (AIPR), Carlos Rodríguez, dijo este martes a Efe que la pandemia del coronavirus en el mundo ha provocado que la isla caribeña se haya colocado en una situación privilegiada para atraer manufactura de empresas de Estados Unidos y otros países del sector farmacéutico y las industrias médicas.
Rodríguez detalló que Puerto Rico tiene todas las condiciones para retomar un rol ganado desde hace cerca de seis décadas y que queda demostrado por el hecho de que 9 de las 20 principales farmacéuticas del mundo tienen presencia en la isla.
Además, siete de los 15 medicamentos más consumidos en el mundo se manufacturan en Puerto Rico, desde donde se exporta a cien países, una muestra de la solidez y especialización de la isla en el sector farmacéutico.
«La producción -de empresas farmacéuticas- que un día salió de Puerto Rico a China puede volver para distribuir a toda América», destacó el presidente de la patronal.
El Ejecutivo de San Juan basa sus expectativas de nuevas inversiones en que la isla es el mayor exportador de equipos médicos y farmacéuticos en los Estados Unidos, habiendo distribuido más de $53,000 millones en biofármacos durante 2019, unas cifras que dan a Puerto Rico todas las garantías para afianzar todavía más su peso en el sector.
PUERTO RICO BIEN POSICIONADO
La directora ejecutiva de la Administración de Asuntos Federales (PRFAA, en inglés) de EE.UU., Jennifer Storipan, dijo en una reciente visita a la isla que Puerto Rico está bien posicionado para convertirse en centro caribeño para la industria de fabricación de dispositivos médicos y farmacéuticos.
Storipan aseguró que el objetivo es proporcionar a los Estados Unidos «una cadena de suministro estable en un esfuerzo por reducir la dependencia de nuestra nación de una cadena de suministro extranjera», en referencia a la isla.
El nuevo estatus que puede alcanzar Puerto Rico es fruto de una industria que ha ganado prestigio internacional durante décadas y que ha servido para que empresas como la estadounidense Romark haya escogido sus instalaciones como centro estratégico de producción.
La isla es el lugar donde Romark tiene planes para fabricar y distribuir su nuevo fármaco en investigación, NT-300 (nitazoxanida), en tercera fase de ensayos clínicos, para la prevención y el tratamiento del COVID-19, en el caso de que sea finalmente aprobado.
El asesor del presidente de EE.UU., Donald Trump, para manufactura, Peter Navarro, y el coordinador de la Casa Blanca para la reconstrucción de Puerto Rico, Peter Brown, llegaron a decir, después de un recorrido por varias fábricas de la isla que en lo que a producción farmacéutica se refiere «China está despedido» y «Puerto Rico contratada».
Esa posición a la que aspira Puerto Rico es más fácil que se alcance si la farmacéutica AstraZeneca termina por desarrollar en la isla la vacuna contra la COVID-19.
GRAN POTENCIAL QUE ASTRAZENECA SE INSTALE EN LA ISLA
La alcaldesa de Canóvanas, Lornna Soto, subrayó que ve gran potencial que AstraZeneca desarrolle la vacuna contra la COVID-19 en suelo puertorriqueño.
El que Puerto Rico recupere su rol de centro neurálgico de la industria farmacéutica a nivel mundial es un objetivo largamente buscado por las autoridades de San Juan desde hace tiempo en el que se ha destacado la representante de la isla ante el Congreso en Washington, Jenniffer González.
González Colón y el senador federal Marco Rubio anunciaron a principios de mes la presentación de legislación que ayudaría a solidificar la economía de Puerto Rico y posicionar a la isla como un centro internacional de producción de equipo farmacéutico.