El Departamento de Seguridad Nacional advierte sobre amenazas internas, mientras el Departamento de Estado pide precaución a sus ciudadanos en el extranjero
Washington, D.C. – La escalada del conflicto entre Irán e Israel ha encendido todas las alarmas en el gobierno de Estados Unidos, que el 22 de junio de 2025 emitió dos advertencias oficiales dirigidas tanto al público nacional como a los ciudadanos estadounidenses en el extranjero.
Los comunicados reflejan una situación de riesgo creciente que combina amenazas internas de extremismo violento con un deterioro generalizado de la seguridad en múltiples regiones del mundo.
Por un lado, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicó un boletín del Sistema Nacional de Avisos sobre Terrorismo (NTAS) que permanecerá vigente hasta el 22 de septiembre. Este advierte sobre un “entorno de amenazas elevado” dentro del territorio estadounidense, con potencial de ciberataques por parte de actores proiraníes, intentos de represalia por la muerte de un comandante iraní en 2020, y una posible radicalización de individuos simpatizantes del régimen de Teherán. Además, señala un repunte de ataques motivados por sentimientos antisemitas y antiisraelíes en suelo estadounidense.
El boletín también alerta sobre comunicados recientes de grupos como HAMAS, Hizbolá, los hutíes y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, que han instado a la violencia contra activos y personal estadounidense como represalia por el papel de Washington en el conflicto.
Simultáneamente, el Departamento de Estado emitió una Alerta de Seguridad Mundial dirigida a los ciudadanos estadounidenses en el extranjero, exhortándolos a ejercer una “cautela aumentada”.
La advertencia destaca disrupciones en los viajes y cierres periódicos del espacio aéreo en Medio Oriente, además de posibles manifestaciones antiestadounidenses en distintas regiones. Las autoridades instan a los viajeros a revisar detenidamente los avisos específicos de cada país antes de desplazarse.

Ambos mensajes subrayan la necesidad de mantenerse vigilantes, reportar cualquier actividad sospechosa y seguir estrictamente las indicaciones de las autoridades locales. Aunque no se emitieron restricciones de viaje específicas ni se elevaron los niveles formales de alerta, la combinación de amenazas internas y externas plantea un panorama de seguridad complejo y volátil.