Sao Paulo (EFE) – La tensión diplomática que se vive actualmente entre Francia y Brasil por culpa de los incendios en la Amazonía no ha llegado aún al pujante comercio bilateral entre ambas naciones, a pesar del impacto que la cuestión medioambiental tiene entre las empresas europeas.
«Los asuntos ambientales tienen patrones globales que no se pueden dejar de atender» y son un tema que no solo centra el interés de las compañías en Francia sino de los empresarios en toda Europa, explicó a EFE la presidenta de la Cámara de Comercio e Industria Francia-Brasil (CCIFB), Sandrine Ferdane.
Con inversiones por unos $29,000 millones en Brasil y un comercio bilateral que superó los $6,000 millones en 2018, Francia es uno de los socios comerciales más importantes del gigante sudamericano y el principal empleador extranjero en el país tropical con 500,000 brasileños empleados.
A pesar de los fuertes lazos que unen comercialmente a las dos naciones, la guerra verbal entre el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el de Francia, Emmanuel Macron, ha repercutido en el ambiente de negocios que sigue de cerca lo que acontece en la Amazonía.
«Tiene repercusión. Las empresas acompañan lo que está pasando en el Amazonas», aseguró Ferdane, quien, no obstante, pidió calma para analizar los posibles impactos en la fluida relación económica entre ambos países.
«Brasil es un país relevante para las empresas francesas y esas compañías tienen un fuerte impacto en la economía de Brasil», reflejó la presidenta de la Cámara de Comercio e Industria Francia-Brasil.
«Es el momento de recordar esa trayectoria y de no quedarse en el momento. Eso es lo que consideran las empresas», agregó.
Para Ferdane, es difícil tener una visión clara y definitiva de la situación actual en el denominado pulmón vegetal del mundo, por lo que hay que «acompañar» y esperar a que «baje la marea».
La tensión diplomática entre las dos naciones se dio por los embates verbales entre Bolsonaro y Macron a cuenta de los incendios de la Amazonía.
El presidente galo afirmó el viernes pasado, en plena Cumbre del G7, que Francia no respaldará el acuerdo de libre comercio anunciado hace dos meses por la Unión Europea (UE) y el Mercosur debido a que Bolsonaro supuestamente le mintió cuando dijo que Brasil cumpliría todos sus compromisos ambientales, lo que, en su opinión, fue puesto en duda por la multiplicación de los incendios en la Amazonía.
El gesto del mandatario francés fue considerado por Bolsonaro como un «aprovechamiento» de Macron para intentar «presentarse frente al mundo como la única persona interesada en proteger el medioambiente» e incluso «minimizó» la soberanía de Brasil, al sugerir que la Amazonía sea sometida a una suerte de gestión internacional.
Datos oficiales indican que la región amazónica ha registrado más de la mitad de los 84,957 incendios forestales detectados en Brasil, la mayoría de ellos en la Amazonía, entre enero y agosto de este año, una cifra un 75% superior al del mismo período de 2018.
De los 27,000 focos de incendio registrados en la Amazonía brasileña, solo en agosto, la mayoría están relacionados con la deforestación en la región, que alcanzó los 2,254.8 kilómetros cuadrados en julio, un volumen un 278% superior al del mismo mes del año anterior, según estudios del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (Ipam).