San Juan, 15 ago (EFE) – Puerto Rico festeja este sábado el aniversario 16, del momento en que la selección adulta masculina ganó 92-73 a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, marcando la primera vez que el conjunto norteamericano perdía en alguna competencia internacional usando jugadores de la NBA.
«Feliz aniversario a todos mis compañeros de equipo del 2004 al igual que a nuestro cuerpo técnico», expresó Carlos Arroyo, armador principal de aquel equipo puertorriqueño y quien capitaneó con 24 puntos y siete asistencias la histórica victoria que sorprendió al mundo.
«Yo sé que para muchos esta victoria no tiene razón de celebración, ya que no llegamos a nuestro objetivo final de ganar una medalla. Pero sé que para muchos, nuestro desempeño aquella tarde en Atenas, marcó sus vidas de la misma manera que cambió la de nosotros», agregó Arroyo en su cuenta de Instagram.
«Gracias a todos por celebrar junto a nosotros cada 15 de agosto del año que SEA», recalcó el exbaloncesista, quien en aquel entonces era el base de los Jazz de Utah en la NBA.
El cuadro inicial de Puerto Rico, dirigido por Julio Toro, estuvo integrado por Arroyo, el legendario e inmortal pívot José «Piculín» Ortiz, Larry Ayuso, Rolando Hourruitiner y Daniel Santiago.
El actual técnico de la selección puertorriqueña Eddie Santiago también jugó ese día.
Estados Unidos, manejado por Larry Brown, abrió el partido con Allen Iverson, Stephon Marbury, Richard Jefferson, Tim Duncan y Lamar Odom.
La escuadra estadounidense también contó con LeBron James, Dwyane Wade y Carmelo Anthony entre sus reservas.
Tras la histórica victoria, Arroyo celebró el éxito satisfecho porque «el baloncesto de Puerto Rico merecía» tan distinguido honor.
«Esto es realmente importante para el baloncesto de Puerto Rico. Nuestras expectativas de victoria eran muy grandes. Salimos muy concentrados porque el baloncesto de Puerto Rico merece un respeto», expresó.
«Hicimos todo lo que hay que hacer para ganar. Nos lo merecemos por todo el esfuerzo que hemos hecho por este deporte en Puerto Rico», comentó un emocionado Arroyo, según recuenta una nota de EFE de aquel momento.
Arroyo, que festejó sus últimas canastas estirándose la camiseta en homenaje «a toda la gente que estaba viendo el partido por la televisión» en su país, insistió en recalcar que ese triunfo supuso «un gran día para el baloncesto puertorriqueño».
«Significa mucho, sobre todo para los jugadores que nos hemos dedicado a este deporte desde niños. Todos hicimos un gran trabajo y hay que celebrarlo porque significa mucho para nosotros. Tuvimos una gran noche en ataque y, además, nos movimos muy bien en defensa», continuó el base.