El exreceptor de Grandes Ligas apuesta todo por el oro: “Esa es la mentalidad número uno”
SAN JUAN (EFE) — Yadier Molina regresará como dirigente de la selección nacional de béisbol de Puerto Rico para el Clásico Mundial de Béisbol 2026, con una meta clara y contundente: conquistar por primera vez la medalla de oro en el torneo.
“Confiamos en que este próximo torneo vamos a hacer el mejor papel y llevarnos esa medalla de oro. Esa es la mentalidad que tengo, la mentalidad número uno que la Federación tiene y la mentalidad número uno que los fanáticos tienen”, expresó Molina este miércoles en rueda de prensa.
El excapitán de la novena boricua y exestrella de los Cardenales de San Luis, dirigió por primera vez al equipo en la edición de 2023, donde Puerto Rico fue eliminado en cuartos de final tras una dolorosa derrota 5-4 ante México.
Francisco Lindor, campocorto de los Mets de Nueva York, es hasta ahora el único jugador confirmado en la plantilla de 2026. Otros nombres que podrían unirse nuevamente son Kike Hernández, Martín ‘Machete’ Maldonado, Javy Báez, Carlos Correa, José Berríos, Edwin Díaz, Fernando Cruz y Joe Jiménez. Además, hay expectativas de convocar a jóvenes de segunda generación como Jac Caglianone, Riley Greene y Christian Encarnacion-Strand.

La confección final del equipo estará a cargo de Molina, junto al gerente general Carlos Beltrán, con el respaldo de un grupo estelar de asesores: Iván Rodríguez, Roberto Alomar, Carlos Delgado, Javier Vázquez y Edgar Martínez.
Molina anticipó que el pitcheo será la fortaleza de la escuadra, destacando el potencial de los brazos jóvenes y veteranos. También se mostró optimista sobre las posibles incorporaciones de los lanzadores Marcus Stroman y Seth Lugo, quienes ya expresaron su interés en volver al equipo.

El Estadio Hiram Bithorn en San Juan volverá a ser sede de la primera ronda del torneo, del 5 al 11 de marzo de 2026, en un grupo que incluirá a Cuba, Colombia, Panamá y Canadá.
Como jugador, Molina participó en las ediciones de 2006, 2009, 2013 y 2017, siendo capitán en los dos últimos torneos y pieza clave en las históricas medallas de plata obtenidas por Puerto Rico. Su legado ahora se expande desde el banquillo, con la mirada puesta en la cima del béisbol mundial.