Madrid, 12 ago (EFE) – El número de elefantes en cautiverio en Asia ha aumentado un 70% en la última década y uno de los principales motivos es la demanda de los turistas de «fotografiarse o bañarse» con ellos, explica la World Animal Protection.
Así lo muestra la tercera edición del informe ‘Los elefantes no son mercancías’, elaborado por esta organización internacional sin ánimo de lucro y que se ha publicado este miércoles con motivo del Día Mundial del Elefante.
Desde World Animal Protection han calificado esta tendencia como «alarmante», y han advertido de la probabilidad de que esta situación se agrave «cuando los operadores de estos lugares traten de recuperar los ingresos perdidos por el impacto causado por la Covid-19».
A lo largo del continente asiático hay más de 3,800 elefantes en cautiverio, de los cuales tres cuartas partes se encuentran en Tailandia.
Esta cifra significa un empeoramiento de este fenómeno, ya que supone un incremento del 70% en el número de estos elefantes en diez años, según el informe.
Además, los hallazgos revelan que el 63% de estos elefantes «están sufriendo y viviendo en condiciones deplorables en 208 lugares en los países analizados», mientras que solo un 7% viven «en lugares con altos estándares de bienestar».
Los elefantes en cautiverio representan «un gran porcentaje del negocio para los operadores de turismo», ya que antes de la pandemia del coronavirus generaban entre $581 y $770 millones al año.
«Los turistas de forma inconsciente han promovido estas crueles prácticas al hacer pequeñas interacciones con estos animales como bañarlos y tomarse fotos con ellos» ya que hacen que crezca su demanda, ha señalado la organización.
A pesar de que la población está más concienciada sobre «el sufrimiento que causan los espectáculos al estilo circense y los paseos sobre los elefantes», estos lugares que ofrecen espacios para bañar a los elefantes «se han vuelto muy populares en los últimos cinco años» y su número incluso «se ha triplicado» en Tailandia.
“También aquellas oportunidades que ofrecen algunos llamados santuarios, orfanatos y centros de rescate» para realizar estas actividades esconden en realidad la explotación y el abuso hacia estos animales, ha lamentado la directora global de Vida Silvestre de World Animal Protection, Audrey Mealia, quien ha insistido en que «no son lugares inocentes, son crueles».
Por ello, la organización ha asegurado que «una solución sostenible y a largo plazo» es la prohibición de la reproducción en cautiverio de «los elefantes utilizados para el turismo comercial», ya que así se evitaría que «las futuras generaciones de estos animales sufran este trauma».
Al mismo tiempo, han remarcado que los turistas tienen también cierto poder ya que «pueden alejarse de las prácticas poco éticas» y elegir lugares donde los elefantes estén «en su hábitat natural o apoyar a los campamentos con altos estándares de bienestar» que funcionan con un modelo de observación y crean trabajos e ingresos para los locales que quieran unirse como cuidadores.