Cancún (México), 25 sep (EFE) – Los arrecifes de la costa turística de Cancún, en el Caribe mexicano, arrastran un enorme deterioro que un grupo de especialistas trata de remediar para rescatar los corales que se degradan por el impacto de los huracanes y de los turistas.
El problema es tan grande que en algunos lugares donde debería haber un promedio del 16 % de superficie de coral apenas llega ahora al 1 o 2%.
Gabriela Nava, directora ejecutiva de la organización Oceanus, fundada con un grupo de biólogos marinos, está convencida de que el problema se puede revertir con un ambicioso programa de restauración de arrecifes en el área de Punta Nizuc, en Cancún.
El programa, iniciado originalmente en Veracruz y que se aplica en Cancún con el apoyo de la iniciativa privada, tiene como meta principal la siembra de 1,000 colonias de coral por año y contempla la instalación de viveros donde se preparan las nuevas colonias para la restauración.
Oceanus se fundó en 2006 con la misión de conservar los arrecifes con actividades de investigación, seguimiento y restauración.
La zona donde realizan los trabajos de restauración se localizan en Punta Nizuc, en el arrecife El Bajito, y parte del trabajo consiste en rescatar fragmentos de coral que se trasladan a los viveros para ayudarlos a convertirse en nuevas colonias y posteriormente son trasplantados a las áreas seleccionadas.
Actualmente Oceanus se enfoca en cuatro variedades de coral que son las que presentan mayores condiciones de resistencia.
«Cuando comenzamos había menos del 1 % de cobertura de coral en el sitio, mucho crecimiento de algas y sedimentación. Punta Nizuc es uno de los sitios más visitados por los turistas y ahora ya estamos con una cobertura del 7%», explicó Gabriela Nava a Efe.
El síndrome blanco, el impacto de huracanes y la actividad turística son una latente amenaza para estos ecosistemas.
«Buscamos las colonias que sean naturalmente resistentes a estos eventos. Hasta ahora los sitios que estamos atendiendo no presentan problemas por el sargazo», aseguró.
Nava recuerda que el deterioro de los arrecifes costeros no fue de la noche a la mañana, sino que es el resultado de muchos factores como los huracanes, el desarrollo turístico, la destrucción de los manglares y la contaminación de los acuíferos en la península de Yucatán.
Sostiene que el costo de restauración de un arrecife es muy alto, pues tan solo la siembra de un coral oscila entre 15 y 25 dólares y cada técnica implica un costo distinto.
«Aun así, sería más barato apoyar la recuperación de arrecifes que la recuperación de playas. Si cada uno de los hoteles, así como invierten en relleno de playas o inversión costera, invirtiera en recuperar el arrecife de coral podrían recuperar sus playas más rápido y a un costo menor», asegura.
«Necesitamos apurarnos, no competir y no pelear sino unirnos para tener estos esfuerzos, realmente crear un cambio, a pesar de todo lo que dañamos la naturaleza nos dice que hay esperanza», concluyó.
RECONOCIMIENTOS A OCEANUS
La labor de Oceanus ha motivado que en 2019 lograra el Reconocimiento a la Conservación de la Naturaleza que otorga la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y apenas hace unos meses recibió un galardón de los Premios Latinoamérica Verde.
Con la obtención de estos reconocimientos y por la importancia del trabajo que realizan, empresas privadas como la cadena hotelera española RIU se acercaron a ellos para poner en marcha el rescate de la zona de arrecifes en Cancún.
«El grupo RIU se unió en 2019 para apoyar actividades de restauración en Cancún, es un esfuerzo muy grande en el que participa también la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, The Summit Foundation y varias organizaciones más», explicó Gabriela Nava.
«Uno de los impactos ambientales más significativos que genera la propia actividad turística en general es la ligada a la presión que se ejerce sobre los ecosistemas marinos, especialmente sobre los arrecifes de coral», explicó Alma Tesillos, responsable de los proyectos de responsabilidad social corporativa de la cadena hotelera RIU.
«Teniendo en cuenta todos los servicios ecosistémicos que estos nos ofrecen, es indudable que teníamos que hacer algo. Estamos convencidos que la sostenibilidad no solo del negocio, sino incluso de la humanidad, está ligada directamente a la preservación de la biodiversidad», agregó.
Tesillos destacó que RIU mantendrá la inversión y compromiso con este proyecto de Oceanus al menos hasta 2022 y solicitó la suma de esfuerzos de desarrolladores, agencias de viajes y prestadores de servicios turísticos, organizaciones y comunidad en general para mitigar el impacto en el medioambiente.