El patriarca de la familia Alomar dejó huella como jugador, mentor y ciudadano comprometido; su legado perdura más allá del terreno de juego
SALINAS, Puerto Rico (13 de octubre de 2025) — “La vida es irónica. Se necesita la tristeza para saber qué es la felicidad y la ausencia para valorar la presencia”, compartió Santos Alomar Conde en la noche del domingo, citando a “un sabio” en un mensaje de buenas noches a sus allegados. Nadie imaginaba que horas después el béisbol puertorriqueño estaría de luto por su partida.
Este lunes, el exjugador de las Grandes Ligas, mentor y padre de los también expeloteros Sandy y Roberto Alomar, falleció a los 81 años mientras se encontraba en un establecimiento en su pueblo natal de Salinas. Su deceso provocó una inmediata oleada de pesar en la comunidad deportiva y académica del país.
Alomar Conde había participado recientemente en un evento organizado por la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI) el 30 de septiembre, en la escuela El Coquí de Salinas, como parte de la conmemoración del histórico Hit 3000 de Roberto Clemente Walker. Allí, en representación de la familia Clemente Santana, compartió anécdotas de su entrañable amistad con el astro boricua ante estudiantes de kínder a cuarto grado.
“Cuando tocamos a la puerta de don Santos Alomar para que le hablara a los estudiantes de la Escuela Coquí, aceptó con el mismo amor con el que les habló y crió a sus hijos. Invitó a través de sus anécdotas con Roberto Clemente a ser mejores ciudadanos. Fue una mañana maravillosa. Don Santos Alomar Conde murió con las botas puestas, aportando e invitando a todos a hacer un mejor Puerto Rico. ¡Gracias por tanto! Consuelo para su familia”, expresó el comisionado de la LAI, Jorge O. Sosa.
Durante la actividad, el propio Alomar Conde recordó la entrega y sacrificio de Clemente en diciembre de 1972, cuando el pelotero decidió abordar el avión que lo llevaría a Nicaragua con ayuda humanitaria.
“Lo que él hizo por tanta gente en este mundo. Él sacrificó su vida para dar vida a otros. Él fue una persona a la que le advirtieron que no se montara en ese avión… pero él trató de ayudar al mundo, a Nicaragua, que en ese tiempo necesitaba ayuda por un terremoto”, expresó entonces Alomar Conde ante la comunidad escolar.
En ese mismo acto, entregó al director Jorge González Colón el libro Memorias de Triunfo: Justino Clemente… El hermano del 21, de la autoría de Jannette Clemente Santana, quien también se expresó conmovida tras conocer la noticia de su fallecimiento.

“Precisamente hoy se cumplen siete meses de la partida de nuestro padre Justino Clemente Walker, quien falleció el 13 de marzo del corriente año. Hoy me siento agradecida, porque ese 30 de septiembre nos representó en la celebración del Día de Clemente en la Escuela El Coquí en su pueblo, Salinas. Hoy nuestro corazón siente la partida de nuestro amigo y hermano Santos, pero a la vez celebramos su encuentro en el más allá con Matino y Momen (Roberto Clemente Walker), quienes de seguro planificaron un recibimiento de Grandes Ligas. ¡Descansa en paz, nuestro amado Santos!”, expresó Clemente Santana.
La Federación de Béisbol de Puerto Rico (FBPR) también lamentó profundamente la pérdida. “Don Santos Alomar dedicó su vida a este deporte como jugador, mentor y ejemplo de disciplina. Extendemos nuestro más sentido pésame a sus hijos, familiares y al pueblo de Salinas”, expresó su presidente, el doctor José Daniel Quiles Rosas.
Santos Alomar Conde —también conocido como Sandy Alomar Sr.— nació el 19 de octubre de 1943 y debutó en las Grandes Ligas en 1964. A lo largo de 14 temporadas, jugó con los Braves de Atlanta, Mets de Nueva York, White Sox de Chicago, Angels de California, Yankees de Nueva York y Rangers de Texas. Posteriormente, fue entrenador con los Cubs de Chicago, Rockies de Colorado y Padres de San Diego.
Su legado en el béisbol puertorriqueño es inmenso: fue exaltado a la Galería de los Inmortales de Ponce en 1987; al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño en 1989; al Salón de la Fama del Béisbol Profesional en 2024; y a los salones de la fama en Salinas y Guayama. Como dirigente, formó parte del cuerpo técnico del Equipo Nacional en 1984 y 1986, y fue dirigente en el Preolímpico de 2003.
Sus hijos, Sandy Alomar Jr. —actual coach de los Guardianes de Cleveland— y Roberto Alomar —miembro del Salón de la Fama del Béisbol de Cooperstown desde 2011— continúan su legado en el deporte.
La figura de Santos Alomar Conde trasciende el terreno de juego. Fue un hombre de valores firmes, comprometido con su gente, con la juventud y con el desarrollo de un mejor país. Su última aparición pública fue fiel reflejo de esa misión: formar, inspirar y sembrar esperanza.
Descanse en paz, don Santos.




