El también gestor del Comborican deja un legado clave en la escena artística del Viejo San Juan y Nueva York
SAN JUAN, Puerto Rico – Juanra Fernández, gestor cultural y cofundador del Nuyorican Café en el Viejo San Juan, falleció el domingo en su hogar, acompañado por su esposa Gwen Harvey y sus hijos, Marysol y Monte. Fernández enfrentaba una prolongada batalla contra el cáncer.
En 2001, Fernández y Harvey abrieron el Nuyorican Café en un callejón de la Calle San Francisco. El espacio funcionó por más de 15 años como un centro para la música en vivo, el teatro y la poesía. Fue un punto de encuentro clave para artistas emergentes y establecidos, y dio origen a la banda Comborican, propuesta dirigida por ambos como un proyecto musical abierto a la improvisación y el intercambio generacional.
El local se convirtió en una plataforma para talentos como Francisco “Pirulo” Rosado, Willito Otero, Kalani Trinidad y Carloscar Cepero, y fue también escenario para músicos veteranos como Ray Coén, Juancito Torres y Polito Huertas. Además, sirvió de sede para producciones teatrales, lecturas poéticas y grabaciones históricas.
El Nuyorican Café cerró sus puertas en noviembre de 2017, semanas después del paso del huracán María. En entrevista con El Calce, Fernández explicó que, entre los daños causados por el huracán, la gentrificación del Viejo San Juan y la falta de apoyo estructural a los proyectos culturales, el espacio se volvió insostenible.
Tras el cierre, la pareja se trasladó a Nueva York para atender asuntos familiares. Desde allí continuaron su vinculación con la comunidad artística y la diáspora puertorriqueña.
En redes sociales, Gwen Harvey compartió un mensaje anunciando el fallecimiento. “Juan siempre vivió así: ferozmente enamorado de la vida, comprometido con la equidad y con el deseo constante de construir comunidad”, escribió. Recordó su compromiso con la justicia social, su rol como mentor y su pasión por crear espacios de encuentro y cultura.
Fernández deja una huella significativa en la gestión cultural boricua contemporánea en la isla y Nueva York, marcada por su defensa de la autogestión, el acceso al arte y el fortalecimiento de la identidad desde la base comunitaria.