Estudio Proyecciones 2025 de ASORE e Inteligencia Económica muestra un repunte puntual en ventas y cambios en los patrones de consumo
SAN JUAN, Puerto Rico – El estudio Proyecciones 2025, realizado por la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico (ASORE) junto a la firma Inteligencia Económica, confirmó que el concierto de Bad Bunny generó un impacto real en la industria gastronómica del país, especialmente en las zonas turísticas, aunque el efecto fue puntual y no logró alterar la tendencia general de cautela del consumidor.
Según los hallazgos, 39.4% de los restaurantes encuestados indicó que su establecimiento está ubicado en una zona turística que se benefició directamente del evento. Dentro de ese grupo, 69.2% reportó aumentos en ventas durante los días del concierto, evidenciando la capacidad del turismo de entretenimiento para dinamizar temporalmente la demanda.
No obstante, fuera de esas zonas, la realidad fue distinta. Solo 37.5% de los restaurantes reportó aumentos en ventas frente al año anterior, una baja en comparación con el 46.5% registrado en 2024. El consumo promedio por cliente se mantuvo estable, entre $32.40 y $33.50 por ticket, y la mediana se ubicó en $20, reflejo de un consumidor que sigue controlando su gasto en un entorno económico presionado por altos costos.
El informe también destaca que 51.5% de los restaurantes reportó un aumento de entre 10% y 20% en la factura de energía eléctrica, y que los empresarios han respondido ajustando precios, reduciendo gastos o limitando horarios de operación. El salario promedio por hora subió de $16.60 en 2024 a $18 en la primera mitad de 2025, lo que ha incrementado la presión sobre los márgenes de rentabilidad, que en la mayoría de los casos oscilan entre 8% y 20%.
En cuanto a hábitos de consumo, el estudio encontró que 78.1% de los restaurantes vende bebidas alcohólicas, aunque 32% reportó una disminución en las ventas de alcohol. Las razones principales fueron el menor poder adquisitivo del consumidor, los precios más altos y un cambio en los hábitos hacia estilos de vida más saludables.
“El informe de Proyecciones 2025 subraya los retos persistentes de nuestra industria, pero también demuestra la capacidad de adaptación de nuestros empresarios y la disposición de los suplidores para invertir en el futuro del sector”, señaló Chantal Benet, economista principal del estudio.
A nivel general, el documento confirma que la gastronomía puertorriqueña continúa siendo un motor económico esencial, pero enfrenta un escenario donde el consumidor sigue priorizando el control del gasto, la conveniencia y la calidad. El “efecto Bad Bunny” sirvió como recordatorio del potencial que tiene el turismo de eventos para activar la economía, aunque la estabilidad del sector depende de factores más estructurales como el costo de la energía, la inflación y la disponibilidad de personal.
Un consumidor más racional y un sector en ajuste
Los datos de ASORE e Inteligencia Económica confirman que la industria está en un proceso de ajuste luego de un ciclo de fuerte recuperación postpandemia. La proporción de restaurantes que reportó ventas estables o en aumento (62.5%) es consistente con una economía que crece de forma más selectiva y con un consumidor que prioriza la relación calidad-precio sobre el gasto impulsivo.
El gasto promedio en restaurantes muestra que la mayoría de los clientes mantiene sus hábitos de consumo, aunque ajustando por precio y por tipo de establecimiento. El consumo por ticket de $32.40 a $33.50 sugiere estabilidad, pero también una mezcla de transacciones más pequeñas compensadas por un segmento dispuesto a pagar más por experiencias o calidad percibida.
Costos en aumento y rentabilidad bajo presión
El alza en los costos operacionales sigue siendo el principal desafío. Más de la mitad (51.5%) de los restaurantes reportó incrementos de 10% a 20% en la factura eléctrica, mientras que el costo de los alimentos continúa subiendo por factores externos como los aranceles y la volatilidad en precios de importación.
El componente laboral también ejerce presión. El salario promedio por hora alcanzó $18, frente a $16.60 en 2024, y la dificultad para reclutar y retener empleados sigue siendo una de las principales preocupaciones del sector.
La rentabilidad promedio se mantiene en márgenes de 8% a 20%, pero los empresarios señalan que mantener esos niveles depende de medidas constantes de eficiencia: automatización de procesos, renegociación de contratos, control de inventario y ajustes en horarios.
Perspectiva de inversión y confianza empresarial
A pesar del entorno desafiante, 48.5% de los dueños de restaurantes evalúa proyectos de inversión o expansión, mientras que 51.5% no planifica invertir durante 2025. Los empresarios están concentrados en resistir el impacto de los costos antes de ampliar operaciones.
En contraste, el sector de distribución presenta un panorama más optimista: 100% de los suplidores reportó aumentos en ventas durante el primer semestre de 2025. Han respondido con inversión en tecnología, flotas de transporte más eficientes y programas de descuentos para clientes. Además, 80% reportó incrementos moderados —menores de 10%— en los costos de energía, mientras que 60% reconoció haber sido afectado por aranceles federales.
Casi la totalidad de los distribuidores planifica invertir en sus operaciones este año, evidenciando confianza en la estabilidad de la demanda a nivel institucional y en el potencial de crecimiento del mercado.
Factores de riesgo federal y local
El estudio identifica como principales riesgos a nivel federal los aranceles y políticas comerciales de Estados Unidos, que encarecen las importaciones de alimentos y materiales; además de los posibles recortes en programas de asistencia como PAN, Medicaid y Seguro Social, que reducirían el ingreso disponible del consumidor.
En el ámbito local, los temas más sensibles son el costo de la energía eléctrica, el impuesto al inventario, los aumentos del salario mínimo y las dificultades para reclutar y retener personal. Estos factores afectan tanto a los restaurantes como a los suplidores, limitando la capacidad de expansión y de planificación a largo plazo.
El estudio Proyecciones 2025 presenta así una industria gastronómica que, pese a los retos, mantiene su importancia como motor económico y social del país. El auge temporal generado por el “efecto Bad Bunny” evidenció el poder del turismo y el entretenimiento para activar la demanda, pero también dejó claro que el consumidor boricua es hoy más cuidadoso, selectivo y racional en sus decisiones.
La prioridad de los empresarios —según el informe— será seguir apostando por la eficiencia, la innovación tecnológica y la estabilidad operativa para sostener la competitividad de una industria que aporta más de $3.9 billones a la economía y genera más de 100,000 empleos directos e indirectos en Puerto Rico.
