Hasta sus correligionarios pretenden imponer el lema machista ese de “calladita me veo más bonita” al exigirle a Nogales Molinelli que se calle y no hable. Pues no.
Por Sandra D. Rodríguez Cotto
Hubo una época en que los nenes en las escuelas gritaban “bureo”; entonces venía un bully a caerle a cocotazos a quien fuera la víctima, y los demás le seguían el paso. A burrunazo limpio, le caían arriba a esa víctima, a quien no le permitían ni tan siquiera hablar.
Ese bureo se ha sofisticado y ha llegado a los extremos del asesinato de reputación en las redes sociales. Todo eso todavía está vigente, especialmente en la política puertorriqueña. El ejemplo más claro de ese bureo es lo que le ha pasado a la representante Mariana Nogales Molinelli.
Ayer, Nogales Molinelli hizo unas expresiones en sus redes sociales que la han convertido nuevamente en el foco para que todos los demás –especialmente los de su partido, el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC)– tengan permiso para caerle encima. Literal.
En sus redes sociales, la representante escribió: “Los tres errores más grandes del 2024: 1) No haber recogido endosos; 2) Haber hecho una alianza con el PIP; 3) No haber corrido para la gobernación bajo el MVC”. Touché. Más claro no canta un gallo.
Ella dijo todo lo que mucha gente viene comentando desde la campaña política y ahora en este atropellado proceso de escrutinio que no termina. Su postura y cómo la están tratando es especialmente importante porque nos demuestra públicamente el intríngulis de la Alianza.
También nos dice que, en la política, parece que prevalece ese lema machista de “los trapos sucios se lavan en casa”. O sea, no se perdona que se diga públicamente lo que se siente, y menos si se es mujer. Esto habla mucho, no solo de política, sino de esta sociedad puertorriqueña que tanto maltrata a las mujeres.
Asumir esa postura pública habla mucho sobre su carácter porque, si alguien ha enfrentado el bullying público, es Nogales Molinelli. Siendo una legisladora que se plantó contra ese monstruo de frente y fue objeto de campañas de descrédito, burlas, persecución, fabricación de casos judiciales y hasta la sacaron de la papeleta, su opinión tenía que ser contundente.
Y usted dirá: “Ah, pero fue ella la que ocultó datos en sus informes financieros”, y por eso tiene un caso. Cierto. Ese fue un gran error, pero ella no fue la única. Hubo otros representantes y senadores que hicieron cosas peores y los protegieron. Ninguno enfrentó al FEI, haciendo cosas incluso peores que ella.
No conforme con toda esa carga, la convencen a ella, junto a otros candidatos del MVC, a no recoger endosos para las elecciones y, al final, la sacaron de la papeleta de su partido. Nogales Molinelli tuvo que ir por nominación directa. Todavía estoy buscando a ver si encuentro algún comercial o cuña publicitaria del MVC o de la Alianza con el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) en estas elecciones pidiendo el voto por Nogales o por Bernabe. No creo que los hubo.
En el caso de esta representante, hay que llamar las cosas por su nombre, y ese será el gran reto de cara a este nuevo gobierno que entra con Jenniffer González en enero de 2025. El reto es precisamente de comunicación y aplica a políticos, analistas y periodistas. A ver quién se atreverá a denunciar la dictadura de la propaganda que impone el Partido Nuevo Progresista, que ataca y aplasta a quien se atreva a cuestionar, de frente. Eso es lo que le pasó a Mariana Nogales Molinelli.
Ella fue la legisladora en este cuatrienio que más fiscalizó la falta de información y los chanchullos con permisos ilegales de construcción, las múltiples presiones a las comunidades, los temas ambientales, y fue la única que fiscalizó ese lavado de dinero institucional que hay con los empresarios de la Ley 60 (antes leyes 20-22). Después de Nogales Molinelli, los legisladores del PIP María de Lourdes Santiago y Denis Márquez, así como el candidato Adrián González Costa, han sido de las voces más fuertes contra esa Ley 60, pero para de contar. Pero la diferencia entre ellos y la legisladora del MVC fueron las formas.
Nogales Molinelli siguió siendo combativa y frontal. Nada de suavecita, o cómoda desde un escritorio o en una rueda de prensa. Ella ha estado en la calle y hasta en campamentos, como el que hizo en Aguadilla para denunciar la destrucción en el muelle de azúcar. Lo hizo también en Sol y Playa, en Rincón, y contra las denuncias falsas que hizo en su contra el senador Gregorio Matías.
Así que, en el análisis de este cuatrienio en la Legislatura, hay que hablar del machismo institucional contra mujeres como Nogales Molinelli. Y yo me pregunto, ¿dónde están las feministas, especialmente las del MVC?
¿Lo hizo bien o lo hizo mal? Considero que lo hizo bien. Cada cual que exprese lo que le dé la gana. Total, los silencios institucionales y de otros políticos demuestran que son cómplices del desastre en que han sumido a Puerto Rico.
Desde ayer he visto y escuchado a mucha gente de su partido decir que entienden su frustración, pero que denunciarlo en las redes no resuelve nada y les da municiones a los fotutos. O sea, otra versión más del “cállate, nena”.
Y la verdad es que ya está bueno de que en la opinión pública se sigan imponiendo esos estilos macharranes de que “calladita te ves más bonita”. Pues no. Y menos en la política. ¿Dónde están las feministas saliendo en su defensa? Ese silencio dice demasiado. Usted estará a favor o en contra de Mariana Nogales Molinelli, pero nadie puede negar que es la que más ha fiscalizado al gobierno. Su fiscalización fue de frente. Me pregunto quién tendrá la “babilla” en este nuevo cuatrienio.
