Tras el incendio provocado por una turista de Misuri, el comerciante puertorriqueño reconstruyó Luichis Seaside Hotel y expresó públicamente su perdón durante la vista de sentencia federal
SAN JUAN, Puerto Rico – El 1 de enero de 2025, Ángel Luis Marrero Negrón se preparaba para descansar en San Juan tras cerrar su negocio en Cabo Rojo, cuando una llamada de una vecina cambió el rumbo de su vida: su hotel “Luichis” estaba en llamas. El incendio, provocado intencionalmente por una turista estadounidense, destruyó en minutos lo que tomó ocho años construir.
“Fue como una película de terror en vivo y a todo color”, relató Marrero Negrón en entrevista radial en el programa «El Calentón» con Sonia Valentín por Radio Isla 1320.
El comerciante describió la angustia del viaje de regreso a Cabo Rojo, mientras recibía imágenes del fuego consumiendo su propiedad. “Uno no espera recibir una noticia así después de llegar a descansar. Fue traumático”, confesó.
El caso recibió amplia atención pública, y tras un proceso judicial en el foro federal, la responsable, Danielle Bertothy —una turista de Misuri— fue sentenciada recientemente a cinco años de prisión. Pero más allá del fallo, Marrero Negrón encontró una manera de sanar: decidió perdonarla públicamente durante la vista de sentencia.
“Yo necesitaba sacar eso de mi corazón para poder sanar y abrir nuevos capítulos en mi vida”, explicó. “Lo hice frente al tribunal, frente a ella, frente a la jueza Gina Méndez Miró, a los abogados y a sus familiares. Quería que supiera que la perdoné”.
El momento fue profundamente emotivo. “Cuando ella comenzó a leer su carta, estuvo casi diez minutos llorando. Yo no podía entender muchas palabras, pero sí sentí su arrepentimiento. En otras vistas no lo había visto así”, relató.
A pesar del dolor, Marrero Negrón no se dejó vencer. Su espíritu emprendedor y su carácter resiliente lo impulsaron a reabrir el hotel en tiempo récord. El incendio ocurrió el 2 de enero, y para el 14 de febrero —apenas mes y medio después— el hotel volvió a recibir huéspedes. “Me propuse abrirlo en un mes. Arriesgué todo. No quise cancelar nada. Era mi manera de resistir”, afirmó.
El proceso de recuperación se dio en dos etapas: primero las habitaciones, luego los restaurantes y comercios. Para mayo, todo el complejo ya estaba operando. El apoyo de la comunidad y de la diáspora puertorriqueña fue vital. “Me llegaban mensajes, abrazos, llamadas de gente que no conocía, incluso desde Las Vegas. La solidaridad boricua es única”, aseguró. “Yo creo que eso me dio la fuerza que mucha gente necesita en esos momentos donde uno no entiende por qué le pasan las cosas”.
Luichis es más que un hotel. Representa años de trabajo, inversión y sueños. “Habíamos terminado de remodelar hacía meses. Cambiamos todo: baños de $8,000, estructuras nuevas… todo eso se perdió”, recordó con emoción. Pero más allá de las pérdidas materiales, la experiencia dejó una enseñanza profunda: la fuerza del perdón y el poder de levantarse cuando todo parece perdido.
“Yo ya cerré ese capítulo. Ella ahora comenzará uno distinto, desde la cárcel, y tendrá bastante tiempo para pensar en lo que hizo. Todos tenemos problemas, pero nadie tiene derecho a llegar a un sitio y destrozarlo”, dijo con serenidad.
Y sobre el perdón, reflexionó con firmeza: “No se puede explicar. Cuando uno dice ‘yo te perdono’, algo evoluciona por dentro. Es emocional, espiritual. Te libera”.
Marrero Negrón continúa comprometido con su pueblo y su país. “Aquí no somos millonarios. Somos gente de a pie que decide apostar por Puerto Rico. Yo no me voy a rendir”, concluyó.




