Sharm el Sheij (Egipto) (EFE) – El grupo de expertos de la ONU encargado de fijar criterios para fiscalizar las promesas verdes de empresas, bancos, ciudades y regiones pide que se les prohíba autodenominarse cero emisiones netas mientras sigan invirtiendo o construyendo nuevos suministros de combustibles fósiles.
Además, reclaman que a estos actores no estatales se les impongan requisitos regulados para alcanzar la neutralidad en carbono y que se prohíba a los lobbies influir en las políticas ambientales estatales, según el informe presentado en el marco de la cumbre del clima de Egipto, COP27.
La ONU creó en marzo este grupo de expertos, al que pertenece la española Helena Viñes, consejera de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), para frenar el llamado greenwashing o «lavado de cara verde» de actores no estatales (empresas, instituciones financieras, ciudades o regiones), dado que las emisiones siguen aumentado a pesar de que nunca hubo tantas promesas para reducirlas.
El informe denuncia que este fenómeno amenaza con socavar los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar del calentamiento global a 1.5 grados y proporciona una hoja de ruta «crucial» para dotar de integridad a los compromisos de estos actores.
Entre otras medidas, los expertos recomiendan que estos actores se comprometan a reducir inmediatamente sus emisiones absolutas en toda su cadena de valor (lo que incluye emisiones de alcance 3) con objetivos a corto, medio y largo plazo basados en la ciencia.
Para evitar que puedan practicar una contabilidad climática «deshonesta» y otras acciones diseñadas para eludir la necesidad de una descarbonización profunda, piden que tengan que informar públicamente sobre el progreso de sus planes de transición con información verificada que pueda compararse con sus pares.
PONER COTO A LA COMPENSACIÓN VOLUNTARIA DE CO2
Entre las «líneas rojas» que establecen, destaca prohibir a estos actores que digan que son cero emisiones netas mientras inviertan en nuevos suministros de combustibles fósiles, a lo que añaden que también descalifican ser responsables de deforestación o cualquier otra destructiva para el medio ambiente.
También abogan porque no puedan comprar «créditos» de carbono baratos, que a menudo carecen de integridad, para compensar sus emisiones en vez de reducirlas en toda su cadena de valor.
En su opinión, los créditos de carbono de «alta calidad» sólo deberían utilizarse para aquellas emisiones que no se pueden evitar y siempre y cuando, el actor no estatal esté cumpliendo con sus objetivos de mitigación a corto y medio plazo.
También piden que no puedan presionar para socavar las ambiciosas políticas climáticas de los gobiernos, ya sea directamente o a través de asociaciones comerciales u otros organismos, y que, en su lugar, alineen su gobernanza, inversiones y estrategia empresarial con éstas.
En este sentido, proponen vincular los bonus de los ejecutivos a la consecución de resultados probados de acción climática.
Para hacer frente de forma «eficaz» al greenwashing y garantizar la igualdad de condiciones, abogan porque los actores no estatales pasen de la voluntariedad a contar con requisitos regulados de cero emisiones netas, y recomiendan empezar por imponerlos a grandes emisores corporativos, a los que se debe exigir que sus compromisos esté asegurados y que informen anualmente de sus progresos.
«Tras consultar a cientos de personas y organizaciones e incorporar las últimas investigaciones y datos científicos, tenemos una hoja de ruta para garantizar que los compromisos de cero emisiones de industria, instituciones financieras, ciudades y regiones sean ambiciosos, transparentes y creíbles», según la presidenta del grupo y ex ministra de Medio Ambiente de Canadá, Catherine McKenna.
«El planeta no puede permitirse retrasos, excusas o más lavado verde», ha aseverado.
Si estos actores «van en serio» en sus compromisos de cero emisiones, «adoptarán estas recomendaciones», ha añadido el director general de Climate Analytics y miembro del grupo, Bill Hare, que considera que si las petroleras y gasistas «creen que pueden ampliar su producción con un objetivo de cero emisiones netas, deben pensarlo de nuevo».
El director general de ZeniZeni Sustainable Finance, Malango Mughogho, ha subrayado que muchas entidades estatales han ocupado durante demasiado tiempo «un lugar secundario» en el impulso mundial de ser cero emisiones netas, y esto «no puede seguir ocurriendo».
Deben usar sus importantes recursos técnicos y financieros para trabajar conjuntamente con gobiernos y sociedad, así como los estados tienen que crear un entorno político y normativo que apoye todos los esfuerzos de reducción de emisiones.
«Adoptando estas recomendaciones, los líderes pueden acelerar la transición y, al hacerlo, asegurarse de que todo el mundo pone su grano de arena para reducir las emisiones y hacer que la ola positiva de impulso detrás del cero neto voluntario signifique algo», ha apuntado Viñes.