San Juan (EFE) – El escándalo por un polémico chat entre miembros del Ejecutivo de Puerto Rico, incluido el gobernador Ricardo Rosselló, a quien le han exigido que renuncie, es solo la punta del iceberg de un hastío ciudadano ante años de crisis, sospechas de corrupción y la devastación causada por el huracán María.
El escándalo ha generado continuas manifestaciones contra Rosselló, incluidos cortes de carreteras, así como una crisis en el Ejecutivo, que desencadenó la salida de la secretaria de Prensa, Dennise Pérez, quien la noche del viernes anunció su renuncia tras ser calificada de «corrupta» por un ciudadano delante de su hijo.
La masiva protesta del miércoles, convocada por un colectivo feminista y artistas como Ricky Martin, Bad Bunny y Residente, ha dado una idea de lo que sienten muchos ciudadanos que piden la dimisión de Rosselló por su participación en el chat en el que, junto a sus asesores más cercanos, se burlan e insultan a periodistas, artistas, políticos y mujeres.
Ciudadanos de toda condición se manifiestan a diario, desde el sábado 13 de julio, cuando el Centro de Periodismo Investigativo reveló el contenido del chat privado de miembros del Ejecutivo y sus asesores.
Pero el chat es solo uno más de los muchos problemas que arrastra la isla desde hace más de una década.
Son más diez años de recesión económica, de una deuda impagable de cerca de $70,000 millones que provocó una suspensión de pagos y detenciones de funcionarios por un presunto fraude de $15.5 millones en fondos de EE.UU entre 2017 y 2019 -que implicó, entre otros, a la exresponsable de educación de Puerto Rico Julia Keleher-, todo en medio de la devastación causada hace casi dos años por el huracán María.
Las ayudas de EE.UU., país del que la isla es un Estado Libre Asociado, están llegando con cuentagotas, los seguros no terminan de reembolsar el dinero para arreglar desperfectos generados por el huracán y la estatal Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) sobrevive con unas instalaciones arcaicas y una monumental deuda.
Ello es causa de que la luz vaya y venga para muchos a lo largo del día o de la semana, que carreteras sigan sin iluminación, miles de viviendas tengan techos provisionales y varias escuelas hayan cerrado, mientras la Junta de Supervisión Fiscal, una entidad establecida por el Congreso en Washington ante la enorme deuda de la isla, amenaza con retirar las pensiones de los funcionarios.
El contenido del chat ha significado que se encienda la mecha para la sociedad puertorriqueña, que el miércoles mostró su descontento en esa histórica manifestación.
El apoyo al gobernador desde EE.UU y de miembros de su partido, el Partido Nuevo Progresista (PNP), va disminuyendo, entre ellos los de la representante de la isla ante el Congreso de Estados Unidos, Jenniffer González, quien este viernes pidió que renuncie a la presidencia del partido y la Gobernación.
El pasado jueves, el exgobernador de la isla Luis Fortuño también le pidió a Rosselló que deje que «otro termine su término».
«Hago un llamado al gobernador. El futuro de Puerto Rico está en juego y su figura hace imposible pasar al nuevo capítulo de nuestra historia. El aferrarse a la silla hace este proceso más difícil para todos. Por usted, su familia, nuestro ideal y Puerto Rico, deje que otro termine su término», escribió Fortuño en una carta.
El presidente estadounidense, Donald Trump, se refirió a la crisis y criticó a los líderes «corruptos» de Puerto Rico, a los que acusó de «robar todo lo que pueden».
«Están pasando muchas cosas malas en Puerto Rico. El gobernador está bajo asedio, la alcaldesa de San Juan es una persona despreciable e incompetente en la que no confiaría bajo ninguna circunstancia», escribió Trump.
Los senadores estadounidenses Rick Scott y Elizabeth Warren han pedido también la dimisión del gobernador.
Durante la jornada de hoy, Alternativa Democrática de las Américas (ADS), asociación sindical que aglutina a más de 20 millones de trabajadores de la región, expresó a través de un comunicado su respaldo a la petición de renuncia.
Además, una manifestación en Caguas, municipio del interior de Puerto Rico, interrumpió la circulación.
El lunes está convocada una manifestación masiva en San Juan que se espera sirva para saber si el gobernador es capaz de aguantar en el cargo a pesar de la presión en su contra.