Río de Janeiro, 26 de agosto de 2021 (EFE) – La Procuraduría General de la República pidió este martes a la Justicia brasileña que prohíba la fumigación con aviones de cuatro cuestionados pesticidas a los que se atribuye la eliminación de millones de abejas y otros insectos polinizadores en todo el país.
La petición del Ministerio Público Federal fue hecha ante la Justicia Federal del estado de Sao Paulo en una denuncia contra el Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama), órgano responsable por la política ambiental del país y su fiscalización.
La Procuraduría explicó en un comunicado que no pidió la prohibición de los cuatro pesticidas en cuestión sino la prohibición del uso de aviones para su fumigación, que aún podrá ser realizada desde la tierra.
Se trata de los defensivos agrícolas que tienen entre sus ingredientes los grupos químicos neonicotinoide (Imidacloprido, Clotianidina y Tiametoxam) y pirazol (Fipronil).
Según la Procuraduría, la fumigación aérea de estos productos ha provocado el exterminio de millones de abejas, por lo que pone en riesgo la reproducción de especies vegetales que dependen de insectos para su polinización.
De acuerdo con el Ministerio Público, el Ibama ya había prohibido la fumigación con aviones de estas sustancias en 2012, «pero revocó su decisión ese mismo año por presión de grupos del agronegocio».
El Ibama autorizó provisionalmente la fumigación aérea de los productos en cultivos de algodón, arroz, caña de azúcar, soja y trigo hasta que concluyese un nuevo estudio sobre los efectos de estos pesticidas en el medio ambiente.
«Pero ese nuevo análisis nunca fue concluido y el proceso para revisar los efectos del Fipronil, por ejemplo, ni siquiera fue iniciado», alegó la Procuraduría.
De acuerdo con el órgano, cuando son lanzados desde aeronaves, estos pesticidas impactan grandes cantidades de abejas, tanto en los cultivos en los que son usados como en áreas vecinas a donde son arrastrados por el viento.
La Procuraduría citó un estudio realizado por la Universidad Federal de Sao Carlos (UFSCar) y la Universidad Estatal Paulista (Unesp) en 2018 y que atribuyó el 70 % de las muertes de abejas en Brasil al uso incorrecto de los pesticidas que contienen neonicotinóides y pirazol.
«El país se encuentra ante un problema muy grave, subdimesionado y silencioso, que es la enorme mortandad de abejas, y tal problema se agrava por la opción inconstitucional del Poder Público en darle prioridad a los intereses de fuertes sectores económicos por encima del medio ambiente», alegó el procurador de la República, Matheus Baraldi Magnani, autor de la denuncia.
«Si no reaccionamos con rapidez, podremos presenciar un colapso en la polinización a corto plazo. Los insectos polinizadores, especialmente las abejas, son absolutamente esenciales para el mantenimiento no sólo de la vida humana sino también de los ecosistemas de forma general», agregó.