Antonio Espaillat narró cómo vivió la tragedia desde el extranjero y reveló detalles sobre la estructura y mantenimiento del icónico centro nocturno
San Juan, Puerto Rico – El empresario Antonio Espaillat, dueño del centro nocturno Jet Set, habló por primera vez públicamente sobre la tragedia ocurrida el pasado mes, cuando el techo del local colapsó mientras se desarrollaba una presentación del merenguero Rubby Pérez, dejando un saldo de 230 personas fallecidas y varias decenas de heridas.
El siniestro ocurrió la madrugada de un lunes, cuando en el interior del lugar se encontraban entre 510 y 515 personas, incluyendo clientes, empleados y músicos.
En entrevista con el programa televisivo El Día RD en República Dominicana, Espaillat relató que se encontraba en Las Vegas, participando en una feria de radio y televisión, cuando recibió una llamada de su hermana a las 10:30 p.m. (1:30 a.m. hora dominicana), indicándole que estaba debajo de los escombros. Que se había escuchado una explosión y que el techo se había derrumbado, recordó. De inmediato tomó un vuelo de regreso al país.
El colapso de la estructura ha generado interrogantes sobre sus posibles causas. Espaillat aseguró que nunca tuvo señales de un riesgo mayor. Según el empresario, desde hace años, los plafones del techo se caían ocasionalmente por condensación de los aires acondicionados o filtraciones menores. Indicó que siempre pensaron que eran problemas del sistema de climatización. Incluso el mismo día del accidente, empleados del local habían reemplazado algunas losas del techo.
En cuanto al peso sobre el techo, detalló que había seis unidades de aire acondicionado protegidas por cobertizos de aluminio recomendados por las empresas contratadas. También había tres cisternas de agua. Admitió que nunca se hizo una evaluación estructural formal por parte de un ingeniero, ni inspecciones técnicas del Estado dominicano, salvo las revisiones rutinarias de bomberos y el ayuntamiento para permisos.
Jet Set contaba con cinco salidas de emergencia y había sido renovado estéticamente en 2000 y 2015. Sin embargo, esas remodelaciones no incluyeron revisión estructural. El enfoque siempre fue el mantenimiento estético y funcional, como el cambio de alfombras, tapicería o impermeabilización del techo.
Espaillat señaló que aún no sabe si lo ocurrido fue un accidente o algo provocado. Su equipo legal evalúa realizar una investigación independiente a la oficial. Mientras tanto, ha contactado a las familias de todos los empleados que resultaron fallecidos en el incidente.
Con 550 sillas y una historia de más de tres décadas, Jet Set era un punto de encuentro habitual para una clientela fiel.
Mientras continúan las investigaciones, los familiares de las víctimas y la sociedad dominicana esperan respuestas claras sobre cómo una estructura tan emblemática terminó convertida en escombros.